Diario de León

Entrevista | Arsenio Terrón, director general de la Fundación Ciudad de la Energía

«Almacenar la energía va a ser una necesidad que tenemos que asumir»

Ponferrada

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Arsenio Terrón recibe a Diario de León en su despacho para hablar del nuevo rumbo de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden). La entrevista tuvo lugar el jueves.

—Ahora que tenemos Gobierno y la Transición Ecológica una vicepresidencia, ¿volveremos a ver en la Ciuden aquellos presupuestos que manejó al comienzo? Porque eso es sinónimo de que se apuesta por ella.

—Me atrevo a decirte que esa relación que estableces no es del todo adecuada. Puede haber una apuesta decidida por la Ciuden como agente en la transición ecológica y energética, y otra cosa diferente es que los presupuestos que hubo al comienzo vuelvan a recuperarse. Estamos en un momento histórico diferente y quizás aquellos presupuestos sean muy difíciles de volver a conseguir, sobre todo porque muchos venían directamente de Europa. Hoy mismo (por el pasado jueves) se están negociando en Bruselas los recortes como consecuencia del abandono del Reino Unido.

—Los alcaldes de Igüeña y Torre piden prioridad para resolver problema de las filtraciones de las minas abandonadas con fondos de Transición Ecológica, por delante incluso de la restauración de escombreras.

—No se si se entendía bien la petición por parte de los alcaldes. Hay que dirigirla a quién compete. Y en este caso las competencias están claramente en manos de la comunidad autónoma. Es un asunto que nos tiene que preocupar a todos porque está sucediendo desde hace años y no se ha puesto una solución. Se pusieron algunos parches que no han funcionando y seguramente, para solventar ese proceso se tenga que hacer un estudio muy adecuado para no volver a errar o para no destinar recursos a algo a que finalmente no dé una solución. Si Ciuden tuviera que intervenir ahí, estaríamos encantados de hacerlo, pero de la mano de quién tiene las competencias, que insisto es la Junta de Castilla y León.

—La Ciuden tiene desde hace una década un mapa con 602 escombreras en el Bierzo. ¿Ha encargado algún estudio para valorar el coste de recuperarlas y el empleo que podría crearse?

—El ministerio tiene unas prioridades en las que intervenir de manera inmediata y nosotros estamos aportando nuestro conocimiento para ver de qué modo se puede encauzar esa restauración. Nuestro objetivo es que esa restauración no siga los mismos parámetros que ha seguido la mayoría de las que se han acometido, sino que se tenga en cuenta otros criterios más de índole medioambiental, que al final determinan el éxito futuro o no de las restauraciones.

—¿Está trabajando Tragsa (la empresa pública) en eso?

—Hasta donde yo sé, está trabajando en el modo de acometer esas restauraciones. Pero entiendo que tendrá que haber una licitación pública y que la hará Tragsa o quien le corresponda.

—Entre las escombreras, la más grande es la Gran Corta de Fabero. En junio decía usted que no se podía dejar como está y la alcaldesa ha adelantado algunas peticiones como un aula geológica y un mirador.

—A última hora de la mañana voy a ir Fabero para visitarla, aunque la conozco desde niño. Quiero ver el estado actual para esa aula geológica, que parece un bien patrimonial importantísimo que la gente tiene que valorar; una cosa pequeña pero qué daría un sello de calidad a esa escombrera; y el mirador podría ser otra opción interesante. Pero seguro que puede haber muchas más formas de intervenir en ella y vamos a intentar que alguna se ponga en marcha de manera más o menos inmediata, porque seguramente la Gran Corta sea una de las primeras escombreras en las que el Ministerio considere que debe intervenir por su magnitud.

—¿Podría avanzar un cifra de lo que tendría que invertirse en la Gran Corta y la superficie sobre la que se podría actuar?

—Va a ser una cantidad muy importante porque hay que hacer un movimiento de tierras muy significativo. Pero no me atrevo a decirte una cifra.

—Durante la visita de la ministra en otoño, Teresa Ribera adelantó que la Ciuden trabaja en el desarrollo tecnológico del almacenamiento de energía ¿Qué resultados esperan alcanzar?

—El almacenamiento de energía va a ser una necesidad que España tiene que asumir. Hay que adecuar la generación de la energía a las renovables. Muchas de esas energías no son modulables y España tiene que ir a procesos de almacenamiento. ¿Quién puede validar esos procesos de almacenamiento? Y si no el único si uno de los entes más importantes que puede hacerlo en España es Ciuden, porque nuestras instalaciones tecnológicas nos capacitan. Estamos en conversaciones continuas tanto con el ministerio como con el sector empresarial que liga su su actividad al almacenamiento energético para ver si ponemos en marcha algún proyecto que permita de validar alguna de esas tipologías de almacenamiento. Todo esto ciertamente es lento, porque muchas veces hay que ir a concurrencias europeas para seguir los fondos oportunos. Pero siempre he querido trasladar a la ciudadanía que Ciuden ni por un momento se ha queda quieta. Siempre está haciendo actuaciones tendentes a generar de un afianzamiento de la actividad empresarial y económica del territorio. Puede dar la sensación de que eso no ‘aterriza’ en actividades concretas, pero es complicado a acelerar los tiempos más allá de lo que la administración nos posibilita.

—¿De qué tiempo hablamos?

—La puesta en marcha de alguno de esos proyectos tiene que ser a lo largo del año actual. Otra cosas es que esos proyectos que nosotros validaremos tienen que tener luego algún desarrollo industrial y ahí deben ponerlos en marcha el sector empresarial, ojalá que en el Bierzo o en el territorio leonés.

—¿Cuantas empresas y quienes están en contacto con la Ciuden?

—Hay un número no menor de empresas que están interesadas, en distintos sectores ligados con el almacenamiento. Muchas han venido ya visitarlos para conocer nuestras potencialidades y nosotros hemos hecho el esfuerzo de trasladar a Madrid las capacidades que tiene Ciuden. Si no las conoces en directo es muy difícil de valorarlas, por eso siempre insisto en que vengan a vernos. Son empresas ligadas al sector de la generación de energía eléctrica, básicamente desde el mundo de las renovables, y entre ellas las gasísticas, que pueden estar interesadas en validar algunos de sus proyectos de almacenamiento en nuestra zona. Pero estas conversaciones exigen de una confidencialidad. Hasta que aterriza el proyecto, estamos en la tesitura de avanzar poco a poco y en un conocimiento muy privado.

—Al principio de su mandato decía que sería ilógico renunciar a la captura de CO2 ¿La Ciuden aún trabaja en esa línea?

—No. En estos meses que llevo al frente de la Ciuden ha cambiado la perspectiva sobre la captura. Ahora se opta más por el uso de CO2. Quizás en algún momento haya que retomar esa posibilidad, pero no es en absoluto que una prioridad en nuestros nuevos estatutos. La ventaja que tenemos que es que contamos con el conocimiento para hacerlo y en caso de necesidad, en cualquier momento podríamos retomarlo, pero claramente no es una buena línea prioritaria del Gobierno ni por tanto de la Ciuden.

—¿Qué va a hacer la Ciuden con la segunda fase del Museo de la Energía?

—Mi deseo es que se ponga en funcionamiento lo antes posible y para ello es indispensable unir el edificio con los sistemas de aguas, comunicación y gas de la ciudad. Hay que atravesar una finca y eso no está en nuestras manos. Y luego tiene aceptar nuestro Patronato esas actuaciones, por que exigen una aportación económica importante. Si eso lo pudiéramos hacer de una forma rápida, tenemos claro qué podíamos ofrecer. El proyecto del Museo Nacional de la Energía ya no existe. Pero estamos hablando de 23.000 metros cuadrados. Si los pusiéramos en funcionamiento abriríamos unas posibilidades inmensas a todo el territorio. El Bierzo, ya no Ponferrada, no tiene unas instalaciones capaces de albergar ferias de todo tipo, congresos, reuniones y exposiciones. Nuestra idea sería musealizar una pequeña parte de ese edificio, donde está otra locomotora y con muestras del patrimonio industrial ligado a la generación de energía, tanto del pasado como del futuro. Y el resto de las salas que se pusiesen al servicio del Bierzo. No me atrevo a decir que sería un palacio de congresos, pero sí algo similar, donde acoger a proyectos de toda índole que hoy no tienen donde hacerse en este territorio. Como te digo, solo necesitamos conectarlo con la ciudad y sería un eje sobre el que pivotar buena parte del desarrollo del territorio.

—¿Cuál es el presupuesto?

—La anterior alcaldesa había estimado en su día que hasta dos millones de euros, con un proyecto inicial que tendría que aterrizar en el momento histórico en el que nos encontramos. Con un poquito menos de la mitad de lo estaba estimado se podría poner en marcha.

—Un millón de euros...

—Un poquito menos.

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