Diario de León

Ana Ibáñez recuerda a las abuelas en su pregón

Un momento del acto de hermanamientos de Bembibre y La Unión, celebrado ayer en el salón de plenos del Ayuntamiento berciano.

Un momento del acto de hermanamientos de Bembibre y La Unión, celebrado ayer en el salón de plenos del Ayuntamiento berciano.

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«Quien les iba a decir a ese grupo de amigos que en el 73 se reunieron después de la procesión de la salida del Santo, que medio siglo después íbamos a seguir perpetuando una tradición que ha hecho más grande aún al botillo de Bembibre de lo que ya era». Aunque era la primera vez que lo probaba, Ana Ibáñez hizo ayer un canto al rey de la gastronomía del Bierzo tocando la fibra sensible de una comarca con identidad propia. La periodista riojana de RTVE hizo un discurso con las bondades del botillo y lo que significa para el Bierzo. Y así recordó también a las abuelas, «las verdaderas mantenedoras de las tradiciones», dijo, «porque si cierto es que el botillo es la seña de identidad de Bembibre y del Bierzo, cierto es también que ellas tienen buena parte de la culpa», apostilló la mantenedora ante un auditorio donde no cabía un alfiler. «A modo de pequeño homenaje hacia ellas os pido que nos tomemos un minutito para pensar cada uno en las nuestras. Intentad traer a vuestra memoria las matanzas que hicieron, todos los botillos que os prepararon, la cantidad de buenos momentos que os han hecho pasar en familia en torno a una mesa... Posiblemente a través de este plato sencillo pero contundente, no solo os hayan alimentado el cuerpo hasta el empacho -que por algo son abuelas- sino también vuestra alma». Ana Ibáñez no ocultó que hasta ayer apenas tenía datos del rey gastronómico del Bierzo, pero sí recordó las matanzas en casa de su abuela en Haro. «Me encantaba ponerme un delantal azul enorme, que también había cosido ella, y meter las manos hasta los codos en el mondongo del picadillo y del adobo. Si me esfuerzo un poco puedo recordar todavía hasta el olor tan característico que había en el alto de la casa del pueblo cuando todas esas ristras colocadas en fila se secaban en medio de unas corrientes de aire que te dejaban helada. el secado de cada pieza… para que -cuando por fin está a punto- meterse en la cocina para prepararlo al gusto de la familia».

«Como mantenedora me comprometo ante vosotros a seguir engrandeciendo el botillo… y al Bierzo. Por lo que es, pero sobre todo por lo que representa: Un pueblo bueno y orgulloso; sacrificado y trabajador; honesto y hospitalario y que esta tarde (por ayer) me ha adoptado como una más. ¡Viva Bembibre, Viva su botillo, Viva su gente!», concluyó.

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