Diario de León

Voladura en la central

VÍDEOS | Anllares cierra un capítulo más para poner fin a la historia minera del Bierzo

La torre de refrigeración cayó ayer como si fuera el telón de un teatro en apenas 5 segundos

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Ponferrada

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«¿Dónde están los políticos? Estarán en la zona vip», se preguntaban y contestaban con ironía algunos asistentes a la última voladura en la central de Anllares, donde ya sólo quedan unas oficinas y una nave. El resto ha volado por los aires en los últimos meses poniendo fin a la historia de una térmica que quemó miles toneladas de carbón del Bierzo y Laciana y dio mucho trabajo a la zona durante 36 años, entre los años 1982 y 2018.

La torre tenía una altura de 111 metros y su diámetro en el suelo era de casi 80 metros, con un peso aproximado de 8.000 toneladas. En apenas cinco segundos, ayer, se vino abajo en una imagen que quedará en los móviles y en los periódicos para el recuerdo de las nuevas generaciones.

Detonación
Para su derribo se utilizó la técnica de fulminación, para caer en vertical con un ligero vuelco hacia el este

«Para su derribo se ha utilizado la técnica de la fulminación, es decir, ha descendido sobre su vertical con un ligero vuelco hacia el este, sin tratarse de un basculamiento, con objeto de agrupar hacia ese lado los escombros», explicó un portavoz de Naturgy. En el momento del disparo, las cargas explosivas han fragmentado los pilares de apoyo haciendo que la construcción perdiera su equilibrio y colapsase por su propio peso.

Reciclaje
Se estima que se recuperarán 30 toneladas de hierro y 8.000 toneladas de hormigón

En total se han utilizado 48 kilos de dinamita y 850 metros de cordón detonante, y la ráfaga del disparo ha tenido una duración de 1025 milisegundos. La tecnología utilizada (detonadores electrónicos) ha permitido controlar la continuidad de la cadena pirotécnica hasta el momento del disparo. «La demolición mediante esta técnica es una de las más eficientes para el desmantelamiento de centrales, ya que minimiza los riesgos para los trabajadores, favorece la economía circular y contribuye a reducir el impacto ambiental, siendo la técnica elegida para desmantelar las grandes estructuras de la central térmica de Anllares», añadió la misma fuente.

Una vez realizada la voladura, los residuos de hormigón y de la estructura metálica serán recogidos a nivel del suelo y se estima que se recuperarán 30 toneladas de hierro y 8.000 toneladas de hormigón que serán reciclados.

Además de dar cuenta a las autoridades competentes, al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares, se ha comprobado la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas. Dada la situación aislada de la central y la ubicación de la torre de refrigeración en el recinto, no han existido riesgos para otras construcciones. La principal medida de seguridad ha sido la evacuación de las personas de la zona delimitada por un perímetro de seguridad de 300 metros alrededor de la torre.

La función de la torre era enfriar el agua de refrigeración necesaria para la operatividad de la central, que llegaba con unos 45-50ºC a la parte inferior de la torre. Se distribuía mediante una red de canales y tuberías, cayendo a través de un “relleno” constituido por láminas verticales con un pequeño espacio de separación entre ellas. «De este modo se conseguía una gran superficie de contacto con el aire que entraba por la parte inferior de la torre, provocando el enfriamiento del agua por la evaporación de una pequeña cantidad, en torno al 1-2%, lo que provocaba también la característica “nube” de vapor que salía por la parte superior de la torre», señalaron desde Naturgy. Ayer, una gran humareda de polvo puso el punto y final a su historia.

 

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