Un arqueólogo del plan director defiende el traslado de la explotación

Julio Fernández Manzano, profesor de la Universidad de Valladolid y uno de los expertos que diseñó el plan director para conservar y poner en valor el paraje, defendió el traslado de la cantera a una zona donde el impacto visual sea el menor posible y señaló que la Junta debería incluso asumir el coste de una actuación de estas características. A su juicio, no se puede desarraigar ahora una actividad industrial que lleva en la zona cuarenta años y que da empleo a un número importante de personas, sino que lo que debe hacerse es ofrecer otras alternativas a la empresa. «Y el traslado -señaló- me parece la opción más viable». Manzano apuntó que esta solución, con la implicación de la administración, ha dado resultados plenamente satisfactorios en otros países europeos. Impacto indudable En su opinión, el coste de la operación para salvaguardar el paraje Patrimonio de la Humanidad debe ser un asunto secundario. «La cultura -advirtió- no se debe medir nunca por criterios meramente economicistas». Fernández Manzano también señaló que el impacto visual que produce la cantera de Catisa en el entorno de Las Médulas es indudable y que es algo que nunca se debió permitir pero al que en cualquier caso hay que ponerle remedio. Entiende que la presencia de estas instalaciones dañan la imagen del paisaje de Las Médulas por lo que insistió en la necesidad de ofrecer una alternativa al empresario para que se decida a trasladar la cantera a otro lugar donde el impacto sea menor. Por otra parte, el arqueólogo de Centro Superior de Investigaciones Científicas y uno de los mayores expertos sobre Las Médulas, Javier Sánchez Palencia, aplazó ayer cualquier valoración hasta informarse de la autorización.