Diario de León

Tras el control de la plaga

El Bierzo consigue su propio parásito contra la avispilla del castaño

La investigación desarrollada en los últimos tres años por Cesefor, la Mesa del Castaño, la Junta y la ULE permite multiplicar con éxito el único parasitoide capaz de controlar la plaga de avispilla y abre una nueva línea de negocio

Avispilla del castaño

Avispilla del castaño

Ponferrada

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El Torymus sinensis es la única herramienta de control efectiva en la lucha contra la avispilla del castaño y el Bierzo podrá convertirse en zona productora de un insecto que, a día de hoy, se importa desde regiones de Francia e Italia a un precio aproximado de unos 190 euros por dosis, que contiene unos 190 individuos. La investigación que ha llevado a cabo Cesefor en los últimos tres años ha concluido con éxito y permite abrir las puertas a la multiplicación de este parasitoide en la comarca. El proyecto, en el que también se han implicado la Mesa del Castaño , la Junta de Castilla y León e investigadores de la Universidad de León (ULE), convierte al Bierzo en un territorio pionero en este campo de conocimiento y lo sitúa al mismo nivel que las áreas francesas e italianas que ya producen y comercializan Torymus sinensis . Además, permitirá crear una nueva línea de negocio vinculada a la castañicultura.

El objetivo de la investigación llevada a cabo en varias fases era sincronizar el ciclo biológico del insecto —que parasita a la avispilla y se alimenta de sus larvas, controlando así la población de la plaga— con el de la propia avispa para favorecer el establecimiento del primero y aumentar su eficacia como controlador biológico. Un reto que se ha conseguido.

«Los resultados preliminares de la investigación están siendo prometedores, con un alto índice de nacimientos de Torymus, la posibilidad de generar el conocimiento adecuado para sincronizar los ciclos biológicos de ambos insectos y la de optimizar la producción futura del parasitoide», subrayaron fuente de Cesefor consultadas por este periódico.

Ahora, el siguiente paso será iniciar la tramitación administrativa necesaria para poder producir el insecto a gran escala, a fin de «abastecer las necesidades de la comarca berciana y también de suministrar parasitoides a otras zonas de la península, evitando así depender de las importaciones de otros países europeos», apuntaron desde Cesefor. A ello se dedicarán «los próximos meses».

El proyecto de multiplicación de Torymus sinensis ha contado con financiación del Instituto de Competitividad Empresarial (ICE) de la Junta de Castilla y León y se enmarca en la ‘Estrategia de vertebración del castaño’ implantada por la Mesa de l Castaño del Bierzo. Las pruebas se han realizado en dos áreas acotadas y monitorizadas con sensores de registro de temperatura y humedad, ubicadas en los municipios de Borrenes y Folgoso de la Ribera. Dos localizaciones concretas que fueron seleccionadas por el alto nivel de infección de avispilla y también teniendo en cuenta el estado fenológico de los sotos y las variables ambientales.

En la imagen de la izquierda, una hembra (derecha) y un macho (izquierda) de Torymus sinensis sobre una hoja de castaño. En el centro, recogida de agallas en las zonas de reproducción de El Bierzo. A la derecha, larva de Torymus sinensis en el interior de una agalla.

En la imagen de la izquierda, una hembra (derecha) y un macho (izquierda) de Torymus sinensis sobre una hoja de castaño. En el centro, recogida de agallas en las zonas de reproducción de El Bierzo. A la derecha, larva de Torymus sinensis en el interior de una agalla.

La fases del proyecto

La investigación comenzó con una evaluación de la infestación de los castaños por la avispilla con el fin de realizar una suelta experimental de Torymus sinensis en las dos zonas de reproducción establecidas. Previamente y en colaboración con el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, se habían evaluado los condicionantes ambientales y modelizado la estación más adecuada para el establecimiento del parasitoide.

Las primeras sueltas inoculatorias se realizaron la pasada primavera —en dos tiempos diferentes con una separación de entre dos y tres semanas, siempre en la misma rama, con las mismas condiciones y a la misma hora— para, ya en otoño, comprobar el nivel de establecimiento del Torymus , en función del porcentaje de parasitoidismo de las agallas. Entre enero y febrero de este año, se recolectaron 15.000 agallas que fueron colocadas en cajas de cría y almacenadas en condiciones controladas dentro de las instalaciones de Inbiotec-Cesefor en León. De ahí nacieron los primeros individuos de Torymus sinensis .

«Durante todo el proceso, tanto en campo como en laboratorio, se monitorizó la temperatura ambiental de las agallas para relacionarla con el ciclo biológico del parasitoide», explicaron fuentes de Cesefor.

A la izquierda, caja de cría con agallas y un sensor de temperatura. En la imagen central, almacenaje de las cajas de cría con agallas en condiciones controladas. En la fotografía de la derecha, individuos adultos de Torymus sinensis nacidos de las agallas recolectadas en las zonas de cría.

A la izquierda, caja de cría con agallas y un sensor de temperatura. En la imagen central, almacenaje de las cajas de cría con agallas en condiciones controladas. En la fotografía de la derecha, individuos adultos de Torymus sinensis nacidos de las agallas recolectadas en las zonas de cría.

Reducción de costes

Que el Bierzo tenga un centro reproductor del principal enemigo biológico de la avispilla del castaño es un reto pionero a nivel nacional que permitiría abaratar los costes de la compra de insecto a otros países europeos y también incrementar efectividad de las inoculaciones, ya que los Torymus producidos en la comarca siempre van a tener un sincronización mayor con la avispilla que los que llegan de fuera, tal y como ha explicado en alguna ocasión el secretario de la Mesa del Castaño del Bierzo . Roberto Rubio.

Además, la venta del insecto a otras zonas productoras de castaña del país e, incluso, Portugal no solo permitiría generar una nueva actividad económica vinculada a la castañicultura, sino que también podría impulsar la profesionalización del sector. Y esto a largo plazo, porque aunque la lucha biológica contra la avispilla sea más intensa en los primeros años desde su aparición —el proceso de control biológico tiene una duración estimada de entre seis y siete años hasta que da resultados— más adelante será necesario que hacer sueltas de Torymus sinensis de refresco.

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