Catisa aplica un ERE de un año a 30 de sus últimos 47 trabajadores
El expediente reduce la jornada a 22 empleados y suspende empleo a ocho.
Instalaciones de la cantera de Catisa, situada en el municipio de Carucedo.
La empresa Canteras Industriales del Bierzo (Catisa), que llegó a tener más de doscientos trabajadores hace dos años, ha comenzado a aplicar un expediente de regulación de empleo temporal de un año que afecta a 30 de sus últimos 47 operarios. El ajuste aprobado por la Junta de Castilla y León permitirá a la empresa del grupo Martínez Núñez reducir la jornada laboral a la mitad a 22 empleados y suspender a otros ocho trabajadores por un periodo de 12 meses, según confirmó ayer el responsables del sindicato MCA-UGT en la comarca, Juan José Núñez.
El Ere afectará sobre todo a la planta que la empresa tiene en Dehesas (Ponferrada) y en menor medida a la cantera de Las Médulas, en el municipio de Carucedo y con una actividad residual, y a otros centros productivos en Galicia y Asturias
El plan de viabilidad que en su momento llevó a la empresa a despedir a doscientos de sus trabajadores en el Bierzo, Galicia y Asturias, no ha podido frenar la pérdida de actividad de Catisa, asfixiada por la crisis de la construcción y el sector de la obra pública y la falta de financiación bancaria. «En un sector donde las obras se pagan a 120 o 180 días, si no hay dinero en la caja ni nadie que te financie los pagarés, es muy difícil salir adelante», reconocía ayer a este periódico Núñez.
Los trabajadores de la empresa ya han aceptado el Ere después de que la negociación sindical sirviera para amortiguar la dureza del expediente desde los 18 meses a los 12. Núñez también confiaba ayer en que, en función de la actividad que Catisa pueda desarrollar en los próximos meses, la empresa opte por no aplicar todo el ajuste aprobado y no sea necesario suspender de empleo temporalmente a los ocho trabajadores afectados.
Núñez recordó que la situación de Catisa no es muy diferente a la que sufren otras empresas del sector. «Nos gustaría que no sólo no llegara a aplicar el Ere por completo, sino que llegara a crear empleo», afirmó. Pero reconoció su pesimismo. «Yo no veo ni brotes verdes, ni luces al final del túnel», afirmó.