Diario de León

Homenaje

Un centenar de invitados asiste al acto de Ponferrada para las familias del covid

Un olivo y una placa con versos de Mestre recordarán para siempre a los afectados del Bierzo

Ponferrada

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Un centenar de representantes de la vida social, política, económica y eclesiástica del Bierzo honró ayer a las víctimas del coronavirus en la comarca, tantas como las que ayer se reunieron en el parque de El Plantío, en un acto sobrio en el que los representantes institucionales apelaron a la responsabilidad de los ciudadanos para evitar la propagación de la pandemia. Lo contradictorio es que lo hicieron mientras se reunían en un número diez veces mayor de lo recomendado en los últimos días ante el avance de nuevos casos. «Tenemos que asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos, no sólo las instituciones», dijo el delegado del Gobierno en la Comunidad, Javier Izquierdo, uno de los asistentes.

La Policía Municipal de Ponferrada controló los accesos y se guardaron las distancias de seguridad en el acto, con sillas a metro y medio. Fue seguido además por ciudadanos de a pie, tanto en el interior como en el exterior del parque.

Organizado por el Ayuntamiento de Ponferrada, el homenaje contó con la intervención de tres testigos de la pandemia y concluyó con la plantación de un olivo sobre la vieja fuente que albergaba el monumento de La Carrasca de Gil y Carrasco.

Tras los acordes de Amazing Grace a cargo de un gaitero, que ya es un himno universal en este tipo de actos de recuerdo, tomó la palabra Manuel Fernández Zanca, excandidato del PSOE a la Alcaldía de Ponferrada y uno de los primeros afectados en la comarca. Sus palabras en primera persona conmovieron a los asistentes. Tras confesar que no sabía cómo se infectó, mostró su agradecimiento «impagable» a todo el personal del Hospital del Bierzo y narró cómo después de cuatro días internado se vio morir. «No tuve miedo —añadió—; le di las gracias a la vida por haberme tratado con mucha generosidad, pero no, no tuve miedo a morir».

Especial fue también la intervención de Nazareth Maya, en nombre de las familias que han perdido a seres queridos en esta pandemia. Como casi todas, no pudo despedirse de su madre, aunque quiso poner en valor el trabajo y el cariño del personal sanitario. Su intervención concluyó con un alegato «para proteger a los más vulnerables».

Marián Villafañe, supervisora del Hospital del Bierzo, vivió de cerca «el miedo y ansiedad» causado por el virus en enfermos y familiares. En su caso, representó a todo el personal sanitario. «Fuimos intermediarios de la ira, de la emoción, de la muerte...», rememoró visiblemente emocionada.

«Cada alta, cada recuperación no fue una simple victoria de los sanitarios sino del de toda la sociedad, nosotros solo somos la punta de lanza».

La bailarina ponferradina Raquel López Lobato estrenó una danza, creada para la ocasión en la parte cultural que también quiso tener el homenaje. El acto concluyó con la plantación de un olivo, un árbol que crece lentamente pero que siempre recordará a las víctimas en el parque de El Plantío de Ponferrada. Fue plantado por Manuel Fernández Zanca, Nazareth Maya y Marian Villafañe mientras sonaba Bach en el chelo de Laura Núñez. Los tres descubrieron también una placa con parte de los versos de Elogio de la palabra, de Juan carlos Mestre: «Lo que fue amado como cuerpo, lo escrito en la docilidad del árbol único, será consolación en un paisaje lejano». Yolanda Ordás leyó el poema completo antes de guardarse un minuto de silencio.

El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, señaló que el homenaje era «más que justificado» y aprovechó la ocasión para pedir «no bajar la guardia porque los datos están empeorando, no tanto en El Bierzo como en otros territorios de la Comunidad». En el acto estuvieron presentes también el subdelegado del Gobierno, el presidente del Consejo Comarcal, el obispo de la Diócesis, representantes de las fuerzas de seguridad del Estado, el Procurador del Común, el secretario provincial del PSOE, Javier A. Cendón... La Junta envió una representación de bajo perfil, con Silvia Franco, ccordinadora del Bierzo, y la Diputación contó con Alider Presa.

En Templarium no sentó nada bien no ser invitados, más cuando fueron una asociación especialmente activa en los peores momentos con el apoyo de asociados, aunque sí estuvo el CEL

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