El columpio de Librán empuja el turismo en un pueblo minero

La inauguración del columpio de Librán sobre el cañón del río Primout ha marcado un antes y un después para este pueblo perteneciente al municipio de Toreno, convertido ya en un lugar de peregrinación para quienes quieren contemplar en primera persona el paisaje que se abre a los pies de la estructura metálica de nueve metros de altura y también conseguir la mejor foto. Porque como ocurrió el pasado verano con el Salto del Pelgo de Toral de los Vados, Instagram marca la moda y el columpio de Librán ya está entre las estampas más fotografiadas de la comarca este verano.

Tal está siendo la afluencia de visitas, que el Ayuntamiento de Toreno ha iniciado conversaciones con los propietarios de varias fincas para crear una zona de aparcamiento y también mejorar el trazado de la carretera de acceso a Pardamaza, que es la que lleva hasta el columpio. La situación actual de este vial obliga a hacer una maniobra compleja justamente a la entrada de Librán. Un problema que —reconoce el alcalde, Laureano González— viene de lejos pero que ahora se ha visto acrecentado por el ir y venir de vehículos en dirección al que lleva la etiqueta de columpio más alto de España.

El mismo día que se inauguró la nueva atracción turística, Librán recuperó el bar. Llevaba más de siete años cerrado y Sonia Fernández decidió reabrir sus puertas en el mejor momento. El ‘boom’ del columpio ha sido la mejor carta de presentación, como ella misma reconoce. «Me ha venido de maravilla», asegura. Está habiendo gente un día sí y otro también. Se nota el trajín de coches con visitantes y también, aunque en menor medida, el de quienes apuestan por llegar hasta el columpio a pie a través de una ruta de senderismo también recién instaurada. Las estancias no son tan aprovechables como debieran, sobre todo por los problemas de aparcamiento, afirma Sonia Fernández. De ahí que el Ayuntamiento quiera poner solución inmediata a esa dificultad.

Librán también es territorio de arte rupestre y conocidas son sus cuevas, pero ni siquiera estas han conseguido tener el poder de atracción del columpio. «Se ha notado en un 90%», celebra la nueva propietaria del bar, como también lo celebra el alcalde y hasta en el restaurante Salomé de la cabecera municipal, que igualmente ha notado con contundencia que hay más gente por la zona.

El columpio de Librán se ha convertido ya en el paradigma de lo que el nuevo turismo puede hacer por el Alto Sil. Un territorio al que le sobran recursos naturales y paisajísticos todavía por explorar y explotar. Un solo recursos ha permitido sentar las bases de una nueva forma de mirar al futuro en una zona del Bierzo que sale poco en los folletos turísticos, se ha convertido en polo de atracción y acción, en imán de visitantes, en punto de destino en plena cuenca minera que buscan alternativas. El columpio de Librán es la respuesta a muchas preguntas y puede ser el inicio de una historia mucho más amplia que pasa por el desarrollo de otros proyectos ligados al paisaje y también al patrimonio industrial.