Diario de León

Tribunales

Condenada a penas que suman diez años por simular el caso de la vagina

La Audiencia dice en la sentencia que Vanesa sólo buscaba que su expareja volviera a la cárcel

Ponferrada

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La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León ha condenado a Vanesa G.G. a diez años de prisión por dos delitos de detención ilegal después de que simulara que su expareja le había echado pegamento en la vagina en un intento de secuestro con la intención de que acabase en la cárcel. Un caso que fue muy mediático en el Bierzo y donde pasó de ser la supuesta víctima a ser ahora la condenada por los supuestos hechos que denunció ante los medios de comunicación.

En el fallo, al que ha tenido acceso este periódico y que ocupa 238 folios, se desgrana punto por punto todo el proceso que motivó el juicio, que incluye también varios mensajes que, supuestamente, le había enviado a su expareja con el fin de acreditar sus amenazas. Por otra parte, el tribunal sólo aplica el delito de simulación para la persona que le acompañó, Fernando V.A, «como cómplice criminalmente responsable» y deja su pena en siete meses de multa, a 10 euros diarios.

En los hechos probados, la sentencia narra que Vanesa, tras una nueva denuncia contra su expareja por unos mensajes en Facebook que no acabaron con él en la cárcel como en ocasiones anteriores, el 17 de octubre de 2016, y «resuelta a provocar su privación de libertad», recabó la colaboración de Fernando V.A. para idear un plan que le llevara de nuevo a prisión. Desde Fabero, ambos se trasladaron a Bembibre, donde vivía su expareja. Allí, según el fallo, su cómplice le ayudó «a atarse las manos con cinta adhesiva, a colocarse una media en la cabeza, a romperse la camisa y a echarse pegamento en una pierna cerca de la zona púbica».

La acusada, narra el fallo, «caminó, descalza, maniatada, ataviada como se ha señalado, con la media en la cabeza, y autolesionada, hasta una farmacia cercana, donde, siendo ya las 4:00 de la madrugada, fingió un ataque de pánico y de ansiedad, solicitando a gritos llamasen a la Guardia Civil, diciendo que su ex pareja iba a matar a su hijo y que la había secuestrado y abandonado en las inmediaciones».

A los agentes que se personaron en el establecimiento, les relató que, «cuando iba a pasear el perro a las 23: 50 horas, dos individuos se personaron en su domicilio, cogiéndola uno de ellos por el cuello, la habían metido por la fuerza en un vehículo que estaba aparcado delante de su portal, y en el que se encontraba un tercer sujeto, bajo amenaza de que harían daño a su hijo sino les acompañaba; que en este vehículo la trasportaron en el asiento trasero hasta Bembibre; que en el trayecto a Bembibre le colocaron una media en la cabeza para que no pudiera ver; que estacionaron el vehículo delante del domicilio de Iván (su expareja) y la introdujeron en la bodega de esa casa, donde escuchó la voz de Iván que le decía: «Ya te dije que la pulserita no te iba a salvar»; que a continuación la maniató con cinta adhesiva, la bajó los pantalones y le derramó un líquido caliente por las piernas cerca del pubis, rompiéndole la camiseta. Minutos más tarde la introdujeron nuevamente en el coche y la abandonaron cerca de la estación del tren».

Después de meses de deliberación, desde que se celebró el juicio en febrero, antes de la pandemia, el tribunal ha llegado a la convicción de que el caso saltara a los medios de comunicación, antes de su detención, fue concebido por Vanesa G.G. «para asegurarse la detención e ingreso en prisión, con carácter indefinido, de su expareja». «En suma, las pruebas que se han practicado, no sólo personales, sino también documentales, nos permiten afirmar que Iván nunca mandó secuestrar a Vanesa en su domicilio, en Fabero; nunca ordenó o encargó a otras personas su traslado al domicilio de don Iván, en Bembibre; y nunca tuvo en ese domicilio a Vanesa, haciéndola víctima de las sevicias que la mujer ha narrado en su denuncia formalizada ante la Guardia Civil y luego ante el Juzgado de Instrucción», deja clara la sentencia. El fallo desgrana punto por punto todo el caso, incluido el papel de los medios de comunicación ante la denuncia inicial de Vanesa, que no juzga como determinante conforme avanzó el proceso en el juzgado de Ponferrada.

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