Diario de León

Tribunales

Lo condenan a siete años de cárcel por agresión sexual a su expareja

El acusado tenía una orden de alejamiento y la pena fue atenuada por su adicción al alcohol

León

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Un varón que quebrantó una orden de alejamiento de su ex pareja ha sido condenado a una pena de siete años de cárcel por abusar sexualmente de ella, según consta en una sentencia de la Audiencia Provincial que obra en poder de este periódico.  

Del conjunto de las pruebas practicadas en el acto del juicio oral se declara probado que el acusado (mayor de edad y con antecedentes penales computables a efectos de reincidencia al haber sido condenado por el Juzgado de instrucción 5 de Ponferrada el 11 de abril de 2017 como autor de un delito de quebrantamiento de medida cautelar a la pena de cuatro meses de prisión) y la denunciante mantuvieron una relación sentimental que, a priori, finalizó el 5 de enero de 2017, fecha en la que esta denunció a su compañero sentimental por maltrato en el ámbito de la violencia de género.  

Con fecha de 13 de octubre de 2017, sobre las 22.30 horas, el acusado, a pesar de tener pleno conocimiento del contenido y la vigencia de la referida orden de alejamiento, se personó en el domicilio de la víctima en Ponferrada, diciendo a su expareja sentimental que la venía a ver, que le abriera la puerta, que no le iba a hacer nada. Contestó esta que le abría si no la hacía daño, diciéndola el acusado que no, que no le iba a hacer nada y que le abriera la puerta, que la quería, convenciéndola así para que le dejara pasar al interior de su vivienda, accediendo esta y bajando a abrirle, no sin antes repetirle que, por favor, no la hiciera daño.  

Ambos permanecieron juntos en la vivienda toda la noche del día 13 al 14 de octubre de 2017, durmiendo el acusado en el sofá y la denunciante en su habitación.  

Se quedó en casa  

En la mañana de este último día, 14 de octubre, la mujer se levantó de la cama para ir a hacer la compra, estando el condenado ya levantado en la cocina de la vivienda, diciéndole que quería que se marchara de la casa y que, al regresar de hacer la compra, no quería verle en la vivienda pues, en caso contrario, llamaría a la policía, contestando este que no se iba a marchar y que iba a beber un vino, cogiendo una botella de la despensa.  

Después de regresar la denunciante a su casa, el acusado seguía allí, ante lo cual la mujer cogió su teléfono móvil y le dijo que iba a llamar a la policía. Frente a ello, el varón reaccionó violentamente, le arrebató el teléfono tirándolo al suelo y cogiendo después un cuchillo de la mesa de la cocina y colocándoselo en el cuello la dijo que no iba a llamar a nadie, que antes la rajaba, dejando luego el cuchillo encima de la nevera.  

A continuación, el acusado agarró violentamente con las manos a su ex pareja por la ropa y la arrastró por el suelo hasta una habitación, al tiempo que esta le pedía llorando que, por favor, no la hiciera daño. Al llegar a la cama, la cogió con fuerza y la sentó encima, agarrándola fuertemente con una mano para sujetarla pues ella forcejeaba e intentaba alejarse y zafarse de él, bajándola los pantalones, mientras que con la otra mano se quitó el cinturón y se bajó los pantalones, al tiempo que la agarró con mucha fuerza con las manos de la cabeza poniéndola de rodillas y sacando el pene lo introdujo en su boca, diciéndola al cabo de un tiempo que no sentía nada y que si no lo hacia bien la iba a penetrar por detrás.  

El procesado redujo a la fuerza a su ex pareja y haciendo caso omiso de la firme voluntad y resistencia de esta, continuó con la penetración y consumó el acto sexual, eyaculando en el interior de su vagina. Con posterioridad, el acusado se vistió y abandonó la vivienda, mientras que ella quedó llorando y desolada, y dejando transcurrir aproximadamente unos 30 minutos, por miedo a que él todavía estuviera por el lugar y la pudiera hacer daño, bajó a la calle, cogió su vehículo y se dirigió a la Comisaría para denunciar los hechos.

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