Diario de León

Patrimonio y religión

El convento de la calle del Reloj abrirá un museo con 1.400 Nacimientos

La Comisión de Patrimonio autoriza la rehabilitación parcial del conjunto religioso para mostrar la colección que inició Carmen Puente

Sor Mari Carmen, superiora del convento de clausura mostraba ayer parte de la colección. BARREDO

Sor Mari Carmen, superiora del convento de clausura mostraba ayer parte de la colección. BARREDO

Ponferrada

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Cuenta Sor Mari Carmen, la superiora del convento de clausura de las Madres Concepcionistas Franciscanas de la calle del Reloj de Ponferrada, que la mujer que les cedió las primeras piezas de lo que hoy es una de las más grandes coleccionistas de Nacimientos del mundo con 1.404 belenes, Carmen Puente, se encontró un buen día en una playa con una piedra blanca, pulida por el agua y con la forma evidente de un corazón. Era el año de la caída del muro de Berlín y con los restos de uno de aquellos bloques que marcaron la frontera física del Telón de Acero que alguien le trajo de la capital alemana le dio forma uno de los Nacimientos más singulares de su colección.

Cuatro décadas después, olvidada la Guerra Fría, atrapado Afganistán en el mismo bucle de la guerra que por entonces expulsaba a los soviéticos de la región donde hoy no hay sitio para los estadounidenses, y con el mundo sumido todavía en una pandemia, la comunidad religiosa que habita en uno de los edificios más antiguos de Ponferrada —una docena de mojas todavía— se ha embarcado en la tarea de abrir un museo con todos los Nacimientos que ha reunido en el último medio siglo; ya sean los donados por Puente, los que ha recibido la orden franciscana como regalo o los que han elaborado las monjas con sus manos y con materiales que van del papel a las virutas de madera. Un museo que ayer recibía el primer espaldarazo con el informe favorable de la Comisión Territorial de Patrimonio al proyecto firmado por el arquitecto Andrés Lozano.

El primer belén procede de Venezuela. BARREDO

Sor Mari Carmen mostraba ayer el corazón blanco con las figuras de piedra del muro de Berlín en una de las habitaciones que sirven de almacén a algunas de las piezas de una colección que solo en contadas ocasiones ha salido del convento para ser expuesta de forma temporal en espacios como el del Museo del Bierzo y que ahora tendrá su propio museo en el edificio anexo a la iglesia. Madera negra de ébano procedente de África, porcelana de Lladró, barro, papel, virutas, cerámica. Las manos de grandes artesanos, de algún artista como Bofill, de los que han pasado por los talleres de Asprona Bierzo, y de las propias monjas del convento están detrás de las figuras de una colección inabarcable, que obliga a las concepcionistas franciscanas a usar arcones y otros espacios de almacenamiento para conservarlas porque la habitación donde las guardaban se les ha quedado pequeña.

Y todo comenzó en Venezuela, donde la maestra Carmen Puente, hija del que fue el primer alcalde republicano de Ponferrada, Francisco Puente Falagán, se hizo con un primer belén, hoy conservado en una urna y con detalles curiosos como la hamaca donde reposa la figura del Niño Jesús. «Carmen Puente vivió en el torreón de la esquina con la calle Flores Osorio y se encariñó con las hermanas», decía Sor Mari Carmen en referencia a los años en los que el convento también funcionó como residencia.

Casada con Hermógenes Sánchez, Carmen Puente no tuvo hijos y se dedicó a colaborar con las misiones religiosas. Cuando murió en 2008 ya había dejado su colección al convento; belenes procedentes de medio mundo, desde Italia y Portugal, a Kenia, México o Perú. Y de la propia Venezuela. En 1991, las concepcionistas franciscanas ya organizaron una exposición que apareció reseñada en Diario de León. Entonces eran 505 los belenes. La reina Sofía vio algunos más cuando en 1996 visitó el convento antes de asistir a la inauguración de la reforma del Teatro Bergidum. Y hace tres años, el propio Museo del Bierzo acogió una selección. Ahora, las comunidad religiosa se ha decidido a reformar el convento para exponer la vasta colección en la planta baja del edificio anexo y de paso acondicionar en la primera planta cuatro habitaciones para hospedería, una sala de formación y un locutorio más grande. La Comisión de Patrimonio puntualizó ayer, eso sí, que la intervención diseñada por Andrés Lozano, el mismo arquitecto que reformó el Teatro Bergidum, deberá cumplir con el Plan Especial de Protección del Casco Antiguo y «los nuevos forjados deberán tener una tipología acorde con el grado de protección del edificio». La Comisión también establece que el nuevo hueco de acceso a las viviendas «debería situarse en el ya existente, manteniendo así la composición de la fachada».

A las religiosas les toca reunir ahora el dinero necesario —aún no se ha presupuestado— con la idea de que el Museo de los Nacimientos esté abierto cada vez que se acerquen las Navidades. «Queremos darle algo a la ciudad y mantener viva la fe», decía ayer Sor Mari Carmen, sin olvidarse en ningún momento de que fue una maestra de Ponferrada que colaboraba con Aldeas Infantiles SOS, hija de un alcalde republicano, la que comenzó todo.

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