«Hay que desterrar la creencia de que pasados seis meses no hay posibilidad de recuperar»
La gran mayoría de las personas que sufren un ictus necesita rehabilitación. El Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral y Patologías Neurológicas (Cedace) de Ponferrada es el único de estas características que hay en el Bierzo y, actualmente, atiende a unos sesenta pacientes que han sufrido un ictus. Son la causa de la mayoría de los casos que llegan al centro. La terapia aquí es interdisciplinar, es decir, se trabajan diversos aspectos: logopedia, neuropsicología, fisioterapia, terapia ocupacional y psicología clínica. La duración del tratamiento depende mucho del tipo de lesión y del propio paciente. En todo caso, la terapeuta ocupacional Verónica Monteiro desmonta la «falsa creencia» de que pasados seis meses desde el ictus, no hay posibilidad de recuperar.
«Es verdad que, al principio, el tratamiento es muchísimo más rápido y la recuperación se ralentiza a medida que pasa el tiempo, pero mientras la persona tenga capacidad de aprender, va a tener capacidad de recuperar», asegura Monteiro. «Hay gente que igual empieza a caminar después de un año», añade. En todo caso, hay que tener en cuenta que, en muchos casos, la terapia sirve para que el paciente se adapte a sus nuevas capacidades más que para recuperarlas al completo.
Muchos de los pacientes de Cedace compaginan la rehabilitación en este centro con la que reciben en el sistema público de salud. «En el hospital acuden a fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia, y lo suelen compaginar con nosotros», explica la terapeuta de un centro que abrió sus puertas hace cinco años y que también constata un incremento de los casos de ictus en pacientes más jóvenes. «Si tenemos que establecer una media de edad, estaría entre los 58 y los 60 años, pero cada vez viene más gente joven, personas de unos 50 o incluso menos», afirma.
Tan importante es la rehabilitación física como la terapia psicológica y en todos los casos es fundamental el apoyo de la familia, ya que esta tiene que velar por que el enfermo haga las cosas bien también en casa.