Diario de León

En busca de la épica

El vuelo de Zorita

El historiador Francisco Balado defiende la continuidad del piloto berciano Demetrio Zorita en el callejero de Ponferrada y recalca que se le reconoció por ser el primer español en romper la barrera del sonido

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Francisco Balado Insunza
León

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En su edición de 14 de mayo de 2020, Diario de León publica una noticia de redacción en la que se hace eco de la presentación en la Mesa del Senado de una proposición de un senador de Compromís para requerir al Ayuntamiento de Ponferrada que retire la calle al Comandante Zorita para con ello, cito literalmente «cumplan con la legislación actual que prohíbe este tipo de denominaciones vías públicas».

El senador que firma el requerimiento, Mulet, vincula a Zorita con el régimen de Franco, como participante en la Guerra Civil y voluntario en la Escuadrilla Azul, que luchó contra la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial.

El Ayuntamiento de Ponferrada, continúa la noticia, sigue estudiando la opción de no retirar el nombre al piloto del callejero de la ciudad donde nació, pero si alterarlo para resaltar el motivo por el que se le conoce sobre todo, como fue romper la barrera del sonido. La calle Comandante Zorita actual, en la zona del Temple, podría convertirse así en Aviador Zorita.

Para que la opinión pública disponga de todos los datos y no solo sesgados y erróneos que se derivan de la iniciativa de este senador valenciano, considero necesario recordar quién era Demetrio Zorita Alonso y por qué tiene una calle en su ciudad natal, Ponferrada.

Recordaré, así, en efecto, en 1954, Demetrio Zorita Alonso fue el primer español en atravesar la barrera del sonido pilotando un avión. El destino, o simplemente la desgracia, quisieron que sólo dos años después, realizando un vuelo de prueba, su avión se estrellase. Zorita murió en el acto. Ocurrió el 27 de noviembre de 1956. Con 39 años dejaba esposa y tres hijos.

Una gesta de la época

El piloto nacido en Ponferrada rompió la barrera del sonido el 5 de marzo de 1954

Demetrio Zorita Alonso, había nacido en Ponferrada el cinco de octubre de 1917 en el seno de una familia trabajadora cuyo padre se trasladó, al poco de nacer Demetrio, a León donde tuvo, cerca de San Marcos, un negocio dedicado a la madera: Maderas Zorita.

Demetrio era el mayor de seis hermanos. Los demás, Antonio, José María, Vicente, Ana y Enrique, nacieron ya en León.

Después de pasar su infancia y adolescencia en la capital de la provincia, estalló la Guerra Civil. En ese momento, Demetrio contaba diecinueve años y como a miles de españoles de su generación, la guerra civil, le destrozó la juventud. Se alistó y combatió, como infante, en el Frente Norte en las filas del bando franquista. Posteriormente, durante la contienda civil, aprendió a pilotar aviones en Alemania y, ya piloto, participó en acciones de combate contra la aviación del bando republicano que se nutría de Polikarpovs soviéticos.

Después de la guerra, culminó su formación como oficial del Ejército del Aire y se alistó voluntario en la Escuadrilla Azul, combatiendo junto a la aviación nazi contra la Unión Soviética en la II Guerra Mundial. Las fuentes dicen que volvió a casa en 1942 decepcionado con los alemanes y se centró, el resto de su vida, en la instrucción aérea.

Fue destinado a la Base de Getafe pero poco después pasó al 29º Grupo de Caza de  Gando (Las Palmas de Gran Canaria), siendo ascendido a Capitán en 1945, volviendo a la Academia de Aviación de León. En ese tiempo, contrajo matrimonio con María del Carmen Rieckers, joven a la que había conocido en Canarias, con la que tendría tres hijos: Demetrio, José María y Ana.

En 1947 fue destinado a la Escuela Superior del Aire y en 1949 pasó al Estado Mayor del Aire, ya como Comandante de Aviación, momento a partir del cual pasó al Escuadrón Experimental de Vuelo (1952).

En 1953, gracias a la mejora de las relaciones bilaterales, Francia invitaba al gobierno español para que enviase pilotos a los cursos experimentales de aviones a reacción. Zorita se apunta junto a dos compañeros y llega a la base aérea de Bretigny, cerca de Marsella, en la que, tras varios meses de prácticas, obtendrá la autorización para intentar rebasar la barrera del sonido. Demetrio Zorita se dispuso a realizar la prueba y el 5 de marzo de 1954 lo conseguirá, siendo el primer español en atravesar la  barrera del sonido a los mandos de un Mýstere del Ejército del Aire francés.

Zorita dejó registradas en el parte de vuelo sus sensaciones en el momento:

«Me pongo en invertido y tiro de la palanca para ponerme a la vertical, en cuyo momento meto los gases a fondo. El avión entra en pérdida pero, después de algunas sacudidas, obedece y me encuentro picando a la vertical con el morro apuntando a unos cuatro kilómetros del campo. El machímetro sigue subiendo; empieza a recoger suavemente para correr el aeródromo. En tierra han oído el bam-bam y me felicitan por radio. Ha resultado más fácil de lo que creía».

Superar la barrera del sonido era, en esos momentos, un hito, una gesta, dadas las dificultades técnicas para conseguirlo, requiriéndose mucho valor y destreza. Lo habían intentado muchos aviadores (antes que Zorita sólo lo habían conseguido poco más de veinte) y varios se habían matado en el intento.

Al conocerse en España la noticia comenzaron los homenajes. La repercusión mediática fue enorme y, a pesar de que en Francia le propusieron quedarse como profesor, Demetrio volvió a España siendo nombrado jefe del Escuadrón de Experimentación en Vuelo con base en Torrejón de Ardoz.

Dos años después de su gesta, que repitió alguna vez más, el Ejército español quería comprar cazas nuevos y se debatía entre dos modelos. Uno de ellos era la avioneta francesa Dewoitine, que según varios compañeros de Zorita era un peligro. Había que probarla, pero nadie tenía demasiado entusiasmo. El comandante se empeñó en asumir el riesgo, confió, probablemente demasiado, en sus 5.000 horas de vuelo y despegó, al mediodía de una fría mañana de noviembre de 1956, del aeródromo de Torrejón a bordo de la aeronave. De repente, el aparato se precipitó al suelo y el piloto falleció casi instantáneamente. Los mandos habían fallado: el tacón de uno de los zapatos del cadáver se desprendió incluso en el esfuerzo estéril por evitar la muerte. El ejército acabó comprando el otro modelo de avión.

La tragedia consumada provocó consternación y sentidos homenajes. Como recompensa a su historial como aviador le fue concedida la Medalla Aérea y se le ascendió póstumamente a Teniente Coronel diez días después de su fallecimiento.

En 1961, la calle madrileña donde había comprado una vivienda en una Cooperativa Militar fue nombrada en su honor: inicialmente había sido la prolongación de la calle de Ponzano.

Esta calle del barrio de Tetuán desde 2017, Aviador Zorita sustituyó por un proceso largo, de más de dos años, la de Comandante Zorita y, sn embargo, tal cambio ha sido anulado por la sentencia 1147/2018 del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 23 de Madrid que establece que la transformación de su condición de Comandante y su sustitución por Aviador Zorita no se presenta suficientemente justificada. Se trata de ¡una sentencia que se encuentra recurrida y, por tanto, seguimos esperando una resolución definitiva, en este caso, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que establezca el criterio definitivo.

Serán, por tanto, los tribunales y no un senador de Compromís quien lo haga.

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