El Espino se lanza al futuro con dosis de tradición

Arte es la artesanía; arte, la agroalimentación, en el ese proceso final de darle un bocado delicioso al sector primario convertido en delicatessen. De este arte se moldea y empapa la feria del Espino. En un espacio desde el que se acaricia Ancares con el mero gesto de levantar la vista al relieve del entorno, la localidad berciana afronta una nueva edición del evento que, como casi todas las convocatorias sociales, detuvo el pulso por la pandemia. Este 7 de agosto, la feria del Espino de los grandes momentos, la emoción de los sabores, el atractivo de las formas, la variedad del géneros, la orfebrería, la cerámica, mimbre, textil, vidrio, la madera; la alimentación; los embutidos, lácteos, legumbres, hortalizas, productos que se ajustan al molde del origen ecológico, la transformación sostenible.

Medio centenar de expositores asientan el contenido de esta feria del Espino, con una continente inigualable en las instalaciones del ferial, que fue el germen de estos acontecimientos que distinguen el emprendimiento en el municipio de Vega de Espinareda. En el epígrafe de la agroalimentación tiene un peso vital la disciplina apícola, con presencia de productores de un sector pujante y de prestigio que va más allá de las fronteras interiores; con un acata de mieles, para extender el protagonismo que se han labrado apicultores en esta cita tradicional del Espino.

Habrá otras demostraciones y talleres para explicar a los asistentes el proceso que interviene entre el origen y el destino de la materia prima. La feria contará con la presencia de una almazara, que completará a vista del público el recorrido de la oliva para llegar al néctar del acierte; otra de demostración de moldeado y transformación de la madera. Y, en este recorrido de la destreza que facilita y explica las formas de vida, habrá una aplicación práctica de teito, otro arte de procurar cobertura vegetal a las pallozas.

El Espino abre mañana la puerta de la tradición y el futuro.