Fallece en Oviedo el científico León Garzón Ruipérez, exdirector del Gil y Carrasco

Un antiguo alumno del viejo Instituto Gil y Carrasco de Ponferrada al que dio clase en los años cincuenta le recordaba ayer como «un enamorado de la energía nuclear». Tanto es así que León Garzón Ruipérez, «el catedrático de la curiosidad infinita» —así lo ha definido La Nueva España— fallecido esta semana en Oviedo a los 95 años de edad, les explicó «hasta 45 veces» la lección del libro de texto que hablaba de la era del átomo. León Garzón, Ruipérez, pionero en la investigación del gas radón y catedrático de Energía Nuclear de la Escula de Minas de Oviedo, también fue en su juventud, en los años cincuenta, director del instituto más antiguo de Ponferrada. Alguno de sus antiguos alumnos recuerda que dejaba fumar en su clase a los bachilleres de 17 años. Eran otros tiempos.

Procedente de Salamanca, donde nació en 1924 en la localidad de Peñaranda de Bracamonte, y fue profesor adjunto de la universidad charra, Garzón llegó a Ponferrada avanzada la posguerra como catedrático de Física y Química y de ahí acabó escalando a la secretaría y la dirección del Instituto Gil y Carrasco. También trabajó como químico en Aceros Roldán, antes de mudarse a Oviedo, donde llegó a ser concejal del Ayuntamiento y catedrático en el Instituto Alfonso II y de la Escuela de Minas.

Su madre, recordaba el periódico La Nueva España , fue maestra republicana, encarcelada tras la guerra. Amigo del filósofo Gustavo Bueno, que lo califico de erudito «con gran curiosidad científica por asuntos como la radioactividad natural, León Garzón Ruipérez escribió libros de divulgación como El origen de la vida, El radón y sus riesgos , De Mendeleiev a los superelementos: un estudio crítico e la ley periódico y una formulación de su estructura , o Historia de la materia: Del Big Band al origen de la vida.