Diario de León

Contaminación ambiental

Igüeña y Torre reclaman fondos de Transición para los vertidos mineros

El Tremor recibe el caudal contaminado y la Junta aún no ha ejecutado los avales de Alto Bierzo

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Ponferrada

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A quinientos metros del monasterio de San Juan de Montealegre, muy cerca del lugar donde los peregrinos entran en el Bierzo por la ruta alternativa del Camino de Manzanal, el agua lechosa del río La Silva —contaminada por los vertidos minerales del talud abierto en la montaña hace dos décadas para construir la Autovía del Noroeste y por los que proceden de una antigua mina— se mezclan con el agua naranja y ferruginosa del río Mostruelo, cada día que pasa más envenenado por las filtraciones de otra explotación minera que lleva más de tres décadas sin actividad en el municipio de Brañuelas. Entrelazadas como el chocolate con leche, las aguas turbias, herencia del carbón y de la mayor obra de ingeniería de las últimas décadas en la comarca, descienden desde allí hacia Torre del Bierzo, donde se unen al río Tremor, que a su vez llega oxidado desde el municipio de Igüeña por las filtraciones del pozo Casares de la antigua explotación minera de Alto Bierzo, sin que la Junta de Castilla y León haya ejecutado todavía los avales de 1,4 millones de euros para su restauración, según confirma el alcalde de Igüeña, Alider Presa.

Montealegre
El agua naranja del río Mostruelo se une a la lechosa del río La Silva junto al monasterio

«La imagen que se llevan los peregrinos es la peor», decía ayer el escritor Abel Aparicio, espantado por lo que se ha encontrado estos días, cuando se ha adentrado en Montealegre con su bicileta de montaña para preparar la escritura de una novela sobre las mujeres del carbón ambientada en la cuenca minera.

El río La Silva, de color lechoso por el talud de la A-6. AA

La situación no es nueva, pero se ha agravado en los últimos dos años, tanto en el río La Silva y el río Mostruelo —donde la mina del mismo nombre ha empezado a dar problemas a pesar de que no se explota desde 1985, cuenta el pedáno de Montealegre, Manuel Viloria— como aguas arriba del río Tremor, con el abandono de la antigua Alto Bierzo, en fase de liquidación. Tanto es así que los alcaldes de Igüeña, Alider Presa, y de Torre del Bierzo, Gabriel Folgado, coincidían en señalar ayer la urgencia de financiar actuaciones para atajar con el problema de los vertidos mineros. La Transición Justa debería empezar en ríos contaminados como los de la cuenca del Bierzo Alto antes incluso que en las escombreras de carbón.

«Seguimos sin solución», se quejaba Presa, que lleva dos años denunciando los vertidos de la antigua Alto Bierzo, a punto de liquidarse la concesión y con una madeja de compra-ventas detrás que hacen dificil dar con su propietario. «Al día de hoy no puedo decir quién es el propietario de Alto Bierzo. En el Ayuntamiento no lo sabemos», explica Presa, a quien han asegurado desde la nueva Dirección General de Minas que ejecutarán el aval para restaurar la mina y el cielo abierto. La Junta ya inspeccionó la mina abandonada hace año y medio y el Servicio Territorial de Minas confirmó entonces a este periódico la firma de una resolución para ordenar la ejecución del aval de 1,4 millones a la firma Mina del Bierzo Alto, propietaria de los derechos de explotación. También la Confederación Hidrográfica del Miño Sil abrió un expediente sancionador. Pero Presa se queja de que ha quedado en una multa simbólica de no más de mil quinientos euros.

El río Mostruelo, contaminado por la mina. ABEL APARICIO

De ahí que el alcalde de Igüeña mire hacia los planes del Ministerio de Transición Ecológica para restaurar escombreras. «La prioridad deberían ser los vertidos. Es más urgente», reclama. Presa, además, teme que, con las instalaciones de Alto Bierzo sin ningún tipo de cierre, sometidas al vandalismo, se pueda producir en cualquier momento algún accidente en el viejo lavadero.

El problema para el río Tremor se agrava con las aguas que proceden del río La Silva y el río Mostruelo, esa mezcla de chocolate con leche que llega a Torre del Bierzo para unirse al afluente del Boeza. El alcalde Gabriel Folgado se unió ayer a la petición de su homologo de Igüeña

Los intentos del Gobierno para atajar las filtraciones lechosas del talud de la A-6 en La Silva no han servido de nada, reconoce el pedáneo de Montealegre, antiguo minero de la mina Mostruelo. «Cuando yo trabaja en la Mina Mostruelo había truchas en el río, ahora ya no ves ninguna», cuenta Manuel Viloria, igual de asqueado por el agua del color de las zanahorias que vomita la explotación sobre el río del mismo nombre.

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