Diario de León

Medio ambiente

Investigadores del Campus definen el ADN de los fuegos de La Cabrera

Han estudiado más de 200 incendios ocurridos en 29 años para mejorar la eficacia de la lucha

Uno de los incendios que arrasó terreno forestal en La Cabrera durante el período de estudio. JCYL

Uno de los incendios que arrasó terreno forestal en La Cabrera durante el período de estudio. JCYL

Ponferrada

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La comarca natural de La Cabrera tiene uno de los índices de frecuencia de incendios más elevado de España. Basta con recordar el que arrasó casi diez mil hectáreas de terreno en Encinedo en 2017. En 29 años, los municipios inscritos en este ámbito geográfico —especialmente Benuza, Encinedo y Truchas— han sufrido las consecuencias de más de 1.900 fuegos, de los que 203 superaron las 50 hectáreas. Pese a ello, hasta ahora no había ningún estudio cartográfico ni base de datos concreta que permitiera identificar el patrón de comportamiento del fuego y las condiciones que se dan en la zona a fin de prevenir y mejorar la gestión de los incendios. Hasta ahora porque un grupo de investigadores del Campus de Ponferrada de la Universidad de León, apoyado por personal técnico de la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales (Brif) de Tabuyo del Monte, ha realizado un estudio completo cuyas conclusiones fueron presentadas en el octavo Congreso Forestal Español celebrado en Lleida hace unos días.

La investigación, firmada por el grupo Dracones del campus ponferradino —especializado en la aplicación de técnicas geomáticas para la gestión de los recursos naturales— y una alumna del doble grado de Ingeniería Forestal y del Medio Natural y Ciencias Ambientales, concluye la existencia de cinco incendios tipo en La Cabrera en función de la orografía, la dirección del viento y el método de propagación. Se han estudiado los 203 de mayor magnitud.

La orografía y el viento

Los incendios topográficos (el principal factor que condiciona el movimiento de las llamas es la orografía) de ladera son los más abundantes, ya que suponen prácticamente la mitad del total registrado entre 1990 y 2018, que es el período de tiempo en el que se ha centrado el estudio. Eso sí, si bien son los más frecuentes, no han sido los más dañinos, ya que representan solo el 20% de la superficie afectada. «En cuanto a la superficie quemada, los incendios más relevantes son el topográfico de valle y el de viento», recoge la investigación. Los primeros se han dado en tres de cada diez casos y han supuesto el 38% de la superficie arrasada. Los segundos representan alrededor del 25% de los siniestros forestales y representa casi el 40% del terreno quemado.

Por lo tanto, la topografía de La Cabrera es el factor que más influye en la declaración de fuegos, pero es el viento que el determina la gravedad y provoca daños en una superficie mayor. «El patrón dominante de propagación en la comarca es el topográfico, con más del 70% del total de incendios. Destacan los incendios topográficos de ladera (45%), siendo especialmente favorecidos por los vientos locales. Por su parte, los incendios topográficos de valle destacan por la superficie a la que afectan y la duración, derivada de la apertura de sus frentes a lo largo de las cuencas», refleja el documento de la investigación que ha sido presentada en el evento más importante de los organizados por la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF).

Entre los datos más destacados figura también la constatación de que los municipios de Benuza, Encinedo y Truchas superaron el centenar de incendios mayores de una hectárea en un período de quince años, entre 2001 y 2014.

prevenir, planificar y optimizar

Elaborar una cartografía de la superficie afectada por los fuegos de más de 50 hectáreas y determinar las situaciones, condiciones y patrones de comportamiento que contribuyen a la propagación de los fuegos son los objetivos de base de la investigación desarrollada por el grupo Dracones en colaboración con la Brif de Tabuyo. «La tipificación de incendios permite mejorar el conocimiento de la posible evolución de futuros siniestros en la comarca de La Cabrera», subrayan los hacedores del proyecto. Y no solo eso, sino que «su estudio y aplicación por parte del operativo de lucha contra incendios permitirá optimizar las labores de extinción y minimizar las superficies afectadas».

Además, entre los beneficios del estudio de incendios pasados bajo determinadas condiciones meteorológicas y en un espacio geográfico delimitado también «favorece la fase de planificación de infraestructuras preventivas».

«Resulta necesario desarrollar y aplicar una metodología que permita determinar la tipología de incendios a partir de la información registrada, que incluye la obtención de una base de datos completa y con integridad espacial y temática, con información de los perímetros de incendios y de las condiciones meteorológicas y topográficas en que se desarrollaron», concluye la investigación. Un objetivo ya alcanzado en otras regiones de España, caso de Cataluña.

La perimetración de las superficies quemadas de las que la Junta de Castilla y León no disponía de datos perimetrales se realizó mediante el uso de imágenes de satélite.

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