Diario de León

Sucesos

Investigan el empleo de gases para reventar un cajero en Toral

«Tres o cuatro encapuchados» huyeron en un coche con el dinero en mitad de la madrugada

Ponferrada

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Los vecinos de la avenida Santalla de Oscos, la calle principal de Toral de los Vados, despertaron en mitad de la noche después de escuchar un doble deflagración a la altura de la sucursal del Banco de Santander. Y cuando se asomaron a las ventanas, eran las cuatro y media de la madrugada, aún pudieron ver a un grupo de encapuchados que se daba a la fuga en un coche. En el aparcamiento del número 11 de la avenida reposaban los restos del cajero automático que acaban de reventar para llevarse el dinero que guardaba la máquina.

«Salió despedido al centro de aparcamiento y eran tres o cuatro personas que se dieron a la fuga», relataba en la mañana de ayer el alcalde, Pedro Fernández, todavía sorprendido, como toda la localidad, por el método elegido por los ladrones para romper el cajero y después de que la Guardia Civil no haya detectado restos de explosivos en la zona y apunte a la hipótesis de que emplearan algún tipo de gas para provocar la doble deflagración,m según confirmó la Subdelegación del Gobierno. «En Toral no suelen ocurrir este tipo de robos», se lamentó Fernández.

La zona afectada por la supuesta explosión de gas amaneció acordonada y la oficina bancaria con los cristales reventados, además del hueco vacío del cajero en la pared. Pero el edificio, confirmó el regidor, no ha sufrido aparentemente daños estructurales. Los agentes buscaron muestras de explosivo durante la mañana para tratar de aclarar la autoría. También será importante revisar las cámaras de seguridad del banco y comprobar si las grabaciones pueden servir para identificar a los encapuchados y el vehículo en el que huyeron. «Vamos a ver si la explosión no afectó al disco duro y podemos ver las imágenes», aventuraba ayer el alcalde.

Los vecinos escucharon primero una deflagración más leve y poco después, una segunda explosión más fuerte que definitivamente los sacó de la cama. Cristales rotos, el cajero a unos metros de su ubicación y un coche que esperaba a dos o quizá tres encupachados es lo que vieron. Después de eso y mientras la Guardia Civil llegaba al lugar de los hechos, se hizo complicado volver a dormir.

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