La Junta aprueba 700.000 euros para paliar los daños del incendio de Bárcena

Fue un desastre natural . Y así lo ha reconocido la Junta de Castilla y León que ayer aprobó la contratación de obras por un valor de 699.823 euros para recuperar los daños causados por el incendio forestal de Bárcena de la Abadía, un fuego que calcinó 2.548 hectáreas durante los tres días que estuvo activo entre el 12 y el 15 de septiembre de 2016. en los municipios de Fabero, Páramo del Sil, Peranzanes y Candín.

El incendio de Bárcena se llevó por delante un millar de hectáreas arboladas. Casi toda la superficie quemada, recordó ayer el Consejo de Gobierno de la Junta en una nota, afectaron a montes de utilidad pública dentro de la Red Natura 2000. Cinco años después, la Junta ha programado una serie de actuaciones para proteger el suelo de la erosión y mejorar las infraestructuras de la zona afectada con la idea de recuperar la masa forestal que se perdió y el paisaje.

El dinero aprobado ayer por el Consejo de Gobierno actuará sobre las pistas forestales interiores o próximas a los rodales de actuación en los montes de utilidad pública 379 de Fabero y 382 de Páramo del Sil y facilitar así el acceso de vehículos para repoblar el monte, cuidarlo y actuar en caso de incendio. También esta previsto limpiar los pasos de agua que ya existen y construir 24 nuevos, abrir un tramo nuevo de cortafuegos y adecuar los que ya están abiertos y recuperar la cubierta vegetal plantando especies autóctonas. Todas las actuaciones «están dirigidas a la restauración hidrológico-forestal, la defensa del suelo, la protección contra fenómenos erosivos y la mejora de las infraestructuras», explicó la Junta en una nota.

El incendio intencionado, uno de los mayores de la historia reciente del Bierzo comenzó el 12 de septiembre de 2016 en la localidad de Bárcena de la Abadía, dentro del término municipal de Fabero, y se dio por extinguido el 15 de septiembre. «Las consecuencias del incendio afectaron a la vegetación existente, a la pérdida de suelo de las laderas con fuertes pendientes y el posterior arrastre de sólidos a las captaciones de agua potable para los pueblos, al régimen hídrico de la zona, a los distintos aprovechamientos del monte, y a la muerte y perdida de refugio de la fauna silvestre», explicó ayer la Junta.