Diario de León

Librán peleará por la protección de las cuevas con la creación de una asociación

Reclama a Patrimonio el cuidado y la puesta en valor de un conjunto rupestre que ha abandonado.

ana f. barredo

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León

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maría carro | ponferrada

Son Bien de Interés Cultural (BIC) desde hace más de 30 años pero no lo parecen. No por la carencia de unos atributos sobradamente acreditados, sino por el abandono al que están sometidas por parte de la administración que se reserva las competencias, que no es otra que la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León. Pasan los años y las cuevas rupestres de Librán (Toreno) siguen desprotegidas y sin haber recibido todavía —pese a que fueron declaradas BIC ya en 1985— el reconocimiento que merecen. Por eso, los vecinos de Librán han decidido tomar las riendas y se han organizado en una asociación que se presentará oficialmente el próximo sábado día 22.

Nace con varios objetivos, pero el fundamental es pelear por la puesta en valor de esta muestra de arte rupestres esquemático con la idea de vertebrar en torno a ella una serie de iniciativas que permitan vislumbrar un futuro en el turismo para una localidad que cuenta con 22 habitantes.

El pésimo estado de conservación de los accesos y el deterioro del cable que Patrimonio colocó hace, aproximadamente, una década para facilitar la llegada a la oquedad más visitable, el Furacón de los Mouros, son claros ejemplos de esa dejadez institucional, como la inservible red que debiera proteger el interior de la cueva y que es fácilmente sorteable, además de tener los candados de cierre forzados. Unas pisadas recientes localizadas durante la elaboración de este reportaje demuestran que al Furacón de los Mouros puede acceder cualquiera. Y allí dentro se conservan grandes tesoros del arte esquemático postpaleolítico, principalmente una figura soliforme que corrobora el culto al sol y que indicaba los solsticios. Hay también dibujos antropomorfos y zoomorfos que hacen referencia a la sexualidad y signos cruciformes. Todos con trazos bien definidos de color ocre rojizo.

Al mal estado de los accesos, con la inseguridad que conlleva, se suma también una señalización más que deficiente. De hecho, no existe una oficial y, únicamente, hay dos carteles que avisan de la existencia de las cuevas en dos cruces del camino y que, encima, utilizan como reclamo una imagen de las pinturas rupestres de Peña Piñera (Vega de Espinareda).

Por todo ello, varios vecinos han decidido pasar a la acción e iniciado una andadura que comenzó hace menos de dos meses y para la que cuentan con el total apoyo del Ayuntamiento de Toreno. Asociación Cultural Cuevas Rupestres de Librán es el nombre que le han dado al colectivo. Juan Manuel Fernández Morales es el presidente y, junto a la secretaria de la asociación, Ángela Vuelta, y el investigador Francisco Vuelta Buitrón mostraron a Diario de León los problemas que presenta un conjunto de hasta siete cuevas —algunas prácticamente inaccesibles— entre las que sobresalen el ya citado Furacón de los Mouros y La Escondida.

«Queremos promover y potenciar el desarrollo integral de esta tierra, poner de relieve aquellos orígenes de donde venimos y abrir las puertas a un paraíso», aseguraron. Para ello, han preparado un encuentro monográfico que, además de servir de presentación oficial del colectivo, permitirá abrir el debate sobre la historia y el estado de las cuevas rupestres de Librán. Se celebrará el sábado en la Casa de Pueblo de esta localidad y participarán varios expertos conocedores de unas cuevas que eran utilizadas como lugar de retiro para el culto o el pastoreo, es decir, no eran viviendas.

Junto al ya citado Francisco Vuelta Buitrón, darán forma al coloquio, el investigador y escritor Miguel Ángel González, el fotógrafo y escritor Casimiro Martinferre y el promotor turístico y también escritor Alejandro Díez González. El encuentro comenzará a las 19.30 horas y está abierto a todo aquel interesado en la materia.

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