Diario de León

Represaliados

La memoria que algunos no aceptan

La Asociación Cultural La Peñina de Lumeras denuncia el destrozo de la placa en recuerdo a los represaliados del franquismo que colocó en 2018 en Villasumil y tacha el acto de apología del odio

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Ponferrada

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Hay muchas almas en las cunetas, presas del odio, del miedo, del olvido, de la desidia. Por este orden. Hay muchos gritos acallados con kilos de tierra, muchas vidas sesgadas por defender la libertad. Hay muchos muertos sin nombre que aguardan el momento de recuperar su identidad, teniendo que conformarse con las acciones de quienes trabajan por devolverles la dignidad y, al mismo tiempo, la memoria a un país con cierta demencia. Eso es lo que pretendía la placa que en junio de 2018 colocó la Asociación Cultural La Peñina de Lumeras (Candín) en el pueblo ancarés de Villasumil. Un escrito en piedra colgado de un monolito en el mismo lugar en el que fue asesinado el guerrillero anarquista Esteban Ramón Carro, nacido en Fresnedelo (Peranzanes). Un memorial por los represaliados del franquismo que acaba de ser arrancado de cuajo.

«La ideología del odio y de la intolerancia ha actuado con nocturnidad y alevosía para arrancar y destrozar la placa que se había colocado para resaltar la recuperación de la dignidad de aquellas personas que dieron su vida por la libertad de su pueblo y en defensa del gobierno legítimo salido de las urnas», denunció La Peñina, condenando los hechos y lamentando lo que esta acción lleva detrás, en un momento en el que la política nacional está marcada por la crispación propia de un país al que le han vuelto a imponer la etiqueta de los dos bandos.

 

Allí murió el guerrillero

El monolito está colocado en el mismo lugar en el que fue asesinado Esteban Ramón Carro

«No solo pone de relieve una agresión a la memoria democrática sino que, lo que es más preocupante, constituye una manifestación más de la extensión de esa ideología del odio e intolerancia que los partidos de la derecha están fomentando en muchas partes de nuestro país y en muchos ámbitos de su acción política», criticó una asociación cultural empeñada en recuperar la memoria de los asesinados por mandato de Franco. Personas que —prosigue La Peñina— representan los valores republicanos de la libertad, la democracia y la justicia social, frente a «la intolerancia, el odio, la exclusión y el fanatismo».

Por eso preocupa el destrozo de la placa, porque recuerda a un pasado negro avivado por determinadas fuerzas políticas defensoras de la regresión y «nostálgicas de la dictadura», dicen los integrantes del colectivo cultural que lamenta que los tentáculos de ese sentimiento hayan llegado hasta el pequeño pueblo de Villasumil, donde una inofensiva placa sustentada por cuatro clavos debía ser causa de insomnio de quienes no están dispuestos a aceptar la realidad y la historia de un país acalladas durante décadas. «Se está extendiendo la cultura del odio que tanto daño nos hace socialmente», denunciaron desde La Peñina.

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