Diario de León

Morán: «Pensemos qué podemos aportar cada uno para salir de ésta»

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Carlos FIDALGO | PONFERRADA

«Solo escuchando se aprende», decía anoche el pregonero de las Fiestas de la Encina de Ponferrada, un hombre de 38 años que está acostumbrado a hablar por la radio. Y a oír lo que le cuentan los oyentes. «Aprovechemos estas fiestas dadas a los reencuentros para aprender de nuestro propio pasado. Solo escuchando se aprende, solo escuchando con atención las lecciones de nuestros mayores sabremos preservar el futuro de esta tierra privilegiada». Y las palabras salían de la boca de Pablo Morán, periodista de la Cadena Ser, editor del magazine ‘Hoy por hoy’ y director del espacio ‘Punto de Fuga’, de pie en el balcón de la Casa Consistorial, acompañado por el alcalde Olegario Ramón —que elogió sobre todo el compromiso del pregonero en un programa de radio donde habla «de los que más sufren, los perseguidos, los que lo han perdido todo»— y de la corporación municipal. Salían de su boca y se dirigían a quienes ocupaban la plaza del Ayuntamiento, mientras el sol de los últimos días del verano se ‘marchaba’ de la ciudad.

Y el sol, en concreto el primer eclipse de sol del siglo XXI, rememoró Morán al comienzo de su pregón, tiene mucho que ver con su trayectoria profesional. Porque el periodista de la Cadena Ser, de chaqueta informal y sin corbata, comenzó su discurso dando las gracias a todos los ponferradinos. Sin ellos no hubiera acabado en la emisora central de la Cadena Ser, reconoció. «Fueron vuestras respuestas sinceras y espontáneas a mis preguntas con el micrófono de Radio Bierzo las que gustaron en Madrid y me dieron el billete para emprender un maravilloso viaje que ‘Hoy por hoy’ —y recalcó el juego de palabras— continúa y me invita a soñar con ir creciendo». Era el mes de junio de 2001, le había recordado Morán esta semana a este periódico en el perfil que ha aparecido en el especial de fiestas, cuando se echó a la calle con el entusiasmo de un becario y un cristal de soldadura para elaborar un audioreportaje con las reacciones de los vecinos de Ponferrada al eclipse de sol que millones de personas presenciaron en todo el planeta.

El pregonero de las fiestas de este año se presentó como «humildemente como emigrante berciano más». Un emigrante del Bierzo en Madrid, donde la gente no entendía que de su boca salieran expresiones tan bercianas como ‘me tengo que marchar’. «‘Tendrás que irte’, me decían. Y yo en las mías insistía; ‘claro. Marcho porque tengo que marchar’».

Ser berciano en Madrid, reconoció Morán, le ha resultado muy útil en su carrera, por «la tenacidad, la constancia y el trabajo duro e incasable» que definen a los que nacemos en la comarca. Y si el alcalde había puesto al periodista como ejemplo de quienes han triunfado fuera de una comarca de la que se han ido muchos jóvenes, el ejemplo que citó Morán fueron sus padres y todos aquellos que escuchaban la bocina de la MSP cada mañana. «Recuerdo que a veces, al escucharla, pensaba lo duro que era el trabajo en la mina y que, al fin y la cabo, nada de lo que tenía por delante era tan duro».

Pero la mina es historia, y aunque «tenemos una deuda histórica», afirmó Morán, con «aquellos hombres y mujeres que contribuyeron a levantar esta comarca», una «tierra solidaria, acogedora y tolerante con el diferente», «ejemplo de integración», es hora, dijo, de recoger el testigo «para mantener viva esta tierra».

Ahí fue donde apeló el pregonero a «la experiencia, la garra y el ingenio» de los bercianos «para salir de esta». Y lo primero que hay que hacer es escuchar. «Pensar qué podemos aportar cada uno de nosotros en ese gran reto» y aprender del pasado. Porque «saber escuchar es una de las mayores y mejores lecciones que he aprendido en el Periodismo», concluyó, antes de gritar, pero sin elevar demasiado la voz, «Viva Ponferrada, Vivan las Fiestas de la Encina», y dejarse acariciar por los aplausos.

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