La mortaja turística de Quintana de Fuseros

El pueblo de Quintana de Fuseros (Igüeña) celebró como cada 3 de mayo su tradicional «Procesión de los amortajados», un acto religioso que este año fue incluido por la Diputación en el listado de fiestas de Interés Turístico Provincial. Se trata de la recreación de la Fiesta de la Cruz de Mayo, que saca en procesión a buena parte del pueblo ataviado con los ropajes propios de los cadáveres cuando son preparados para el entierro. Una tradición extraña por la mezcla de ofrecidos por promesa, devoción y rogativa. Una fusión entre lo festivo patronal con lo intimista, personal y familiar en donde «los ofrecidos», mujeres y hombres que cumplen su promesa de asistir, vestidos con lo que hubiera sido su mortaja, a los actos en honor del Cristo de la Cabaña, para mostrarle su devoción en la creencia de su salvación de un peligro personal o por la sanación de la enfermedad padecida.

Los actos se inician con la concentración de amortajados y familiares en la iglesia parroquial desde la que sacan en procesión a la Virgen del Rosario hasta la ermita en la que se encuentra el Cristo de la Cabaña. La Santa Misa se celebra en la ermita y desde allí parte una nueva procesión alrededor del pueblo, en este caso portando las dos imágenes para finalizar nuevamente en la Iglesia parroquial.

La Procesión de las Mortajas como acto religioso popular estuvo auspiciado por la ya desaparecida Cofradía de Ánimas, con referencias al menos desde el siglo XVIII en el Catastro de Ensenada. La Procesión sin embargo se ha mantenido en el tiempo por voluntad de sus devotos, además del apoyo así como por el apoyo y organización por parte de la Junta Vecinal, para conservar esta tradición.