Diario de León

La nueva normativa de seguridad afecta a once grandes presas del Bierzo

La comarca estaba ya «muy al día» antes de la aprobación del Real Decreto esta semana

Fuente del Azufre, en las inmediaciones de Ponferrada, en una imagen de archivo. L. DE LA MATA

Fuente del Azufre, en las inmediaciones de Ponferrada, en una imagen de archivo. L. DE LA MATA

Ponferrada

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No son las Confederaciones Hidrográficas organismos acostumbrados a cambiar su forma de funcionar de un día para otro. Por eso es más relevante el Real Decreto aprobado esta semana pasada en Consejo de Ministros, a propuesta conjunta de los Ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico e Interior, sobre las normas técnicas de seguridad en presas y embalses. Un documento que establece las exigencias mínimas y marca las pautas que deben cumplir por tamaño y daños potenciales que puedan ocasionar aguas abajo.

A partir de ahora las presas se catalogan en función de una serie de parámetros de capacidad y altura. Las más grandes, por un lado, y dos categorías más —A y B—. En el Bierzo, el nuevo decreto afecta a 11 grandes presas. La más importante, el pantano de Bárcena, cerca de Ponferrada, que supera en capacidad a todas las demás —tiene 340 hectómetros cúbicos— y cuenta ya con una normativa muy estricta de seguridad, con fuertes inversiones en los últimos años, y, por otro, el resto, que se incluirían en la categoría A.

Que no son normas que cambien de un día para otro lo pone de manifiesto el hecho de que el Real Decreto aprobado acabara con la doble normativa que existía hasta el momento. Una Instrucción de 1967 regulaba la construcción y explotación de las grandes presas particulares y, por otro lado, un Reglamento Técnico de 1996 establecía los parámetros de seguridad de las presas estatales. «De este modo, se unifica toda la normativa en vigor y se acaba con la situación de transitoriedad en la que coexistían los anteriores reglamentos, que imponían distintas exigencias y requisitos de seguridad», explican desde la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS), a la que pertenece el Bierzo.

Desde la Dirección Técnica del organismo regulador explican que la normativa establece nuevas obligaciones a cumplir que se centran básicamente en las normas de explotación y en la seguridad, donde en el caso concreto de la CHMS están «muy al día». «Solamente habría que adaptarse a lo nuevo partiendo de una base ya muy avanzada. De todas formas la normativa acaba de ser aprobada y estamos estudiando en detalle el contenido de la misma para trabajar, a la mayor brevedad, en la línea que nos marca», añaden las mismas fuentes.

Novedades
La nueva normativa impone más controles, en las hidroeléctricas incluso después de su vida útil

El texto establece tres nuevas Normas Técnicas de Seguridad. Una relativa a la clasificación de presas y embalses, y la elaboración e implantación de sus planes de emergencia. Otra determina los requisitos exigibles para el proyecto, construcción y puesta en carga de las presas y el llenado de los embalses. Y, finalmente, una norma sobre explotación, revisiones de seguridad y puesta fuera de servicio de las presas, que obliga a que todas estas infraestructuras dispongan del preceptivo manual de «Normas de Explotación».

El Bierzo concentra 11 de las 16 presas que pertenecen en la provincia de León a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. El resto están en Laciana y Babia.

Algunas de las presas bercianas son San Facundo, La Campañana, Matalavilla. Fuente del Azufre...

Las tres nuevas normas abarcarán todos los requisitos de seguridad que requieren las presas en todas las fases de su vida, lo que implica que los titulares tendrán un catálogo completo de pautas a seguir para garantizar la seguridad de la presa no sólo durante los primeros tiempos de explotación, sino, en el caso de presas vinculadas al aprovechamiento hidroeléctrico, durante la vigencia de la concesión y también en el momento el que se revierta a la administración, una vez extinguido el período de operatividad.

El control de todos los requisitos de seguridad será gestionado por la Administración competente en materia de seguridad de presas y embalses, explica la nueva norma.

Por un lado, se reforzará el papel y se ampliarán las competencias del Comité de Implantación de los Planes de Emergencia de Presas. Los embalses y presas de Categorías A o B deberán contar con su propio Plan de Emergencia. También se abre la puerta al uso de sistema de avisos a la población más modernos e igual de eficaces que las sirenas que se venían usando hasta la fecha.

«Se impulsará la vigilancia de las presas en explotación, a través de revisiones periódicas de seguridad por parte de equipos independientes del titular y de los distintos planes de inspección y mantenimiento vigentes», se explica. Todas estas revisiones deberán quedar documentas y archivadas para que puedan ser consultadas por las Administraciones competentes en materia de seguridad de presas.

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