El oeste de la Cordillera Cantábrica contabiliza 275 osos en el último censo

Desde el oeste de Cantabria y el norte de Palencia hasta Lugo. Desde el centro de Asturias hasta las inmediaciones del Lago de Sanabria en Zamora o la sierra de Courel en Lugo. El hábitat del oso pardo , que por primera vez se ha atrevido a pisar el centro de una ciudad como Ponferrada, y la recuperación de una especie que hasta hace unos años estaba en peligro de extinción y donde los machos pueden avanzar decenas de kilómetros en largos paseos, se ha extendido por seis provincias y el número de ejemplares en la Cordillera Cantábrica, según los censos de 2017 y 2019 supera los 330, según los datos de la Fundación Oso Pardo.

La mayoría se concentra en la zona Occidental de la cordillera, con 275 ejemplares contabilizados en 2019. Y en tres años, y después de que los avistamientos en pueblos de Laciana y el Alto Sil se haya vuelto frecuentes, la cifra ha aumentado con toda seguridad, adelanta el presidente de la fundación, Guillermo Palomero. Desde que se iniciar la recuperación del oso en los años noventa, el crecimiento de su población ha sido de un diez por ciento anual «Hemos tenido éxito para recuperar ala especie, ahora tenemos que gestionar ese éxito y evitar problemas», afirma.

La Fundación Oso Pardo mantiene la hipótesis de que el oso visto en Ponferrada y grabado por un taxista, estaba desorientado más que hambriento. «En el monte hay suficientes bellotas y es época de castañas», asegura Palomero. Si el equipo que trata de localizarlo descubriera que se alimenta de la basura de contenedores activaría un protocolo para asustarlo, que incluirá disparos con balas de caucho o un hipotético traslado a un cercado. «Hasta ahora no se ha dado el caso», añade Palomero.

El protocolo de la Junta de Castilla y León en caso de avistamiento en zonas pobladas incluye avisar al teléfono 987 226 917.