Diario de León

EL DÍA DESPUÉS DEL INCENDIO EN PEÑALBA Y LA TEBAIDA

Peñalba se sacude las cenizas de la inacción

■ Los vecinos de este pueblo de Ponferrada, declarado BIC etnológico y con título de uno de los más bonitos de España, claman ayuda en servicios básicos ■ La carencia en telefonía retrasó valiosos minutos la llegada de los bomberos

Con el amanecer la casa situada en el corazón de Peñalba donde se originó el incendio, a pocos metros de la iglesia mozárabe (al fondo), ofrecía un aspecto de ruina total. ANA F. BARREDO

Con el amanecer la casa situada en el corazón de Peñalba donde se originó el incendio, a pocos metros de la iglesia mozárabe (al fondo), ofrecía un aspecto de ruina total. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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La noche fue de pesadilla en Peñalba, pueblo de Ponferrada con protección BIC de conjunto etnológico y título de los más bonitos de España. Ardían dos casas en el corazón de este ejemplo de armonía arquitectónica ancestral. Un lugar idílico de montañas elegidas por eremitas, que alberga una de las joyas del mozárabe dedicada al culto. En este paraíso turístico y natural hubo minutos de desconcierto e impotencia. El peligro de que se propagase el fuego a las viviendas colindantes de las calles Real y Bajada del Silencio fue tan cierto como los 4 grados y humedad que taladraban los huesos.

En esa penumbra, los vecinos masticaron temor y miedo. A fuego (no es ironía) les quedó grabada esa luz —casi apocalíptica— que dibujaba con llamas la gran balconada de madera de castaño, convirtiendo en cenizas años de trabajo, sacrificio e inversión. Sus dueños, una nativa que vive en Coslada y que se trasladó con su marido a un entierro celebrado el día anterior, estaban en la cantina. De repente alguien entró en ella alertando del fuego procedente de la chimenea. El susto fue tan grande que la mujer aún permanecía ayer jueves ingresada por ansiedad en el Hospital del Bierzo.  

A las 20.24 horas, un vecino del pueblo logró llegar al Alto de la Cruz para que su móvil pudiera hacer la llamada de auxilio al 112 (el teléfono fijo no funciona desde hace meses y el móvil renquea). A las 21 horas, en apenas media hora, los bomberos y la policía llegaban al pueblo. Y así, con 30.000 litros de agua sacada del depósito público y los 6.000 que portaban cada uno de los tres camiones, más las motobombas, lograron evitar la tragedia que se mascullaba por minutos con humo en la oscuridad.  

Con la luz del amanecer, ese insomnio de pesadilla real se convirtió en indignación, recelo, incredulidad y resignación vecinal. Todos los consultados coincidían en el hartazgo de promesas y la inacción, año tras año. Su sentir señalaba a un desamparo de la acción política desde la Administración y, a la vez, a la gratitud por la ayuda recibida de los servicios de emergencias.  

Destacaban que están un tanto cansados de que les concedan títulos importantes, que se quedan en titulares de prensa; que sí influyen en más visitas, pero que no se acompasan con una inversión en servicios básicos necesarios para atender al interés turístico y al que ha apostado por vivir en el pueblo. A nadie de los consultados le entra en la cabeza que, en los tiempos de la tecnología digital, tengan televisión con señal analógica y que Internet siga siendo una quimérica aspiración. Eso sí, esta vez salvaron.

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