martes. 03.10.2023
                      Parcela plantada de perales en el Bierzo, en una imagen de archivo. L. DE LA MATA
Parcela plantada de perales en el Bierzo, en una imagen de archivo. L. DE LA MATA

El plan de ayudas a inversiones en torres calefactadas para la protección de los árboles frutales que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León presentó el pasado mes de mayo ha naufragado en el Bierzo y se veía venir. Las bases de la convocatoria no tienen en cuenta la idiosincrasia de una comarca minifundista y obligan a los fruticultores a agruparse para poder acceder a las subvenciones, que no cubren más del 40% de la inversión. Estos han sido los dos grandes condicionantes. El sindicato agrario Asaja no ha registrado ninguna solicitud y solo una persona lo ha tramitado a través de la Asociación Berciana de Agricultores (ABA). Una de más de 200 asociados, el 90% dedicados a la fruticultura.

No ha habido interés entre el sector berciano ya desde el principio. Uno de los requisitos para poder acceder a esta línea de ayudas es que la superficie mínima sea de cuatro hectáreas y en el Bierzo pocas parcelas alcanzan o superan esa extensión. Además, aunque un agricultor tenga esa superficie, no se puede presentar en solitario a la convocatoria, sino que lo debe hacer junto a otro fruticultor, como mínimo. Eso tampoco ha encajado.

Aunque el plazo para la presentación de las solicitudes expira el día 30 de este mes, es decir, quedan todavía 13 días; ni Asaja ni la ABA consideran que vaya a haber más movimiento al respecto y confían en un cambio de postura por parte de la Consejería de Agricultura, que analice la situación y realice los cambios que pudieran ser necesarios para que la próxima convocatoria pueda ser más atractiva para el sector.

Una solicitud
Es la que ha tramitado la Asociación Berciana de Agricultores. Una de entre más de 200 asociados

Muchos de los fruticultores bercianos con más de cuatro hectáreas de perales y manzanos ya tienen instaladas torres calefactadas , en parte en base a una línea de ayudas previa para la modernización de instalaciones que resulta más ventajosa. Este nuevo plan estaba más bien enfocado a los pequeños productores, pero la obligatoriedad de ligar la inversión a la de otro, con lo que ella conlleva, ha condicionado seriamente su éxito.

«No es una ayuda cuantiosa, porque el porcentaje de subvención no es alto; plantea problemas a la hora de hacer la asociación entre agricultores, hay que reunir cuatro hectáreas y ya existen otras ayudas a la modernización que ofrecen un 5% más y se pueden pedir en solitario», apuntaron desde Asaja para explicar el porqué de la falta de interés que ha habido en el Bierzo.

Esta organización agraria plantea la posibilidad de que la propia Administración autonómica asumiera la implantación de los sistemas de protección antiheladas dentro del proceso de concentración parcelaria y modernización del Canal Bajo del Bierzo que ya está en marcha. Sería una solución por la que la Junta haría la inversión para dar servicio al conjunto del sector, aunque luego los fruticultores tuvieran que asumir los costes de mantenimiento o una inversión a devolver a equis años.

«Esto no se ajusta a la realidad del territorio. El técnico que ha elaborado estas bases debería levantarse de la silla y ver la realidad del Bierzo, que es completamente diferente a la de otras zonas», aseguró el presidente de la Asociación Berciana de Agricultores, Daniel Franco, para volver a incidir que esto lo que demuestra es que hay «un desconocimiento absoluto de la idiosincrasia» del sector agrario de la comarca.

Daniel Franco coincide en señalar la obligatoriedad de asociación entre varios fruticultores y la superficie mínima de cuatro hectáreas como condicionantes insalvables, aunque también apunta un factor positivo de la convocatoria que ha sido un fracaso, que es el hecho de que el fruticultor reciba la ayuda «casi de manera inmediata» y no tenga que esperar «tres o cuatro años» como ocurre con otras subvenciones.

«Se pueden instalar torres calefactadas más pequeñas, hay equipos antihelada para parcelas de menos de cuatro hectáreas, y no se debe obligar a la gente a agruparse», defendió el presidente de la Asociación Berciana de Agricultores. Si eso cambiara, consideró, la aceptación por parte del sector berciano también cambiaría, porque la necesidad de instalar sistemas de protección ante bajas temperaturas ha quedado demostrada tras varias campañas seguidas de pérdidas cuantiosas. Esta última ha sido la primera buena cosecha de pera conferencia y manzana reineta de los últimos años.

El plan de ayudas para la instalación de torres antihelada naufraga en el Bierzo