Diario de León

Jefe de policía con 35 años

Ponferrada como escuela de policía

El ponferradino Mario Gallego se convierte en Arévalo en el jefe de Policía Municipal más joven de Castilla y León a sus 35 años tras pasar por los cuerpos de la capital berciana y Burgos

Mario Gallego, junto a Manuel Cachón en un acto policial. DL

Mario Gallego, junto a Manuel Cachón en un acto policial. DL

Ponferrada

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El subinspector ponferradino Mario Gallego Rodríguez, de 35 años, se ha convertido en el jefe de Policía Municipal más joven de Castilla y León después de asumir el cargo en la localidad abulense de Arévalo. Con 23 años ingresó en el Cuerpo de la Policía Local de la ciudad de Burgos y también ha servido en diferentes plantillas de la provincia de León, entre ellas la Policía Municipal de Ponferrada durante seis años y medio.

Durante su paso por la capital berciana, introdujo de forma pionera la formación en Tiro Policial y fue el primer instructor titulado de la plantilla. Además, ha sido tutor de la Uned y ha impartido clases del Grado de Criminología. Es también autor de dos publicaciones sobre el Bierzo: «El Homicida en el Bierzo. Análisis descriptivo» y «El Perfil del maltratador en Ponferrada». También ha participado en charlas y coloquios profesionales en prensa, radio y televisión.

A su juicio, Ponferrada y Arévalo no son dos plazas con perfiles tan distintos: «Ponferrada es una ciudad con muchos más habitantes, pero en el fondo las problemáticas son similares, aunque podemos incidir que por su tamaño, en Arévalo, se lleva a cabo una atención más cercana e individualizada. No obstante Ponferrada es una comunidad en la que todos los vecinos se conocen», afirma.

Trabajo
Como policía de Ponferrada realizó varios estudios, entre ellos uno sobre violencia machista

De su paso por Ponferrada, recuerda especialmente una actuación en el casco antiguo, «por el hostigamiento de un grupo de individuos», actuación por la que fueron condecorados por la Federación Española de Municipios y Provincias y la UNIJEPOL. «Te hace sentir la dificultad de vestir un uniforme en defensa de los derechos de los ciudadanos, pero cuando la profesión se hace vocación el compromiso lógico de protección al ciudadano se encuentra por encima de las pretensiones personales», explica Mario Gallego.

¿Y por qué quiso ser policía? «Sinceramente no comencé mi carrera profesional de forma vocacional. Mi planteamiento partió de mi ilusión de colaborar en la resolución de los problemas de mis vecinos como policía local (figura de autoridad más cercana a mis conciudadanos), pero mi destino me llevó a la capital burgalesa donde se desarrollaron mis inicios en la Policía Local. Poco a poco este trabajo se convirtió en vocación de servir y proteger a los demás como he aprendido de mis grandes mentores y mejores personas, el oficial Alberto Sevilla Serrano de Burgos y el subinspector de la Policía Municipal de Ponferrada Manuel Cachón Martínez. Me enseñaron que, en un cuerpo jerárquico como éste, la lealtad no se impone, sino que se elige. Según el liderazgo del siglo XXI en el modelo policial». remarca.

De su nuevo destino en Arévalo, asegura que «es una satisfacción, haber llegado hasta aquí con 35 años. Poder ver el resultado de todo el esfuerzo profesional y personal, es una gran recompensa a todo el trabajo realizado durante los últimos años. Es un gran paso en mi carrera. He aprendido con mi experiencia que el trabajo duro y la paciencia te acercan a tus objetivos».

Y añade: «Creo que en estos momentos de dificultad social es necesario que los servidores públicos demos un paso adelante para asumir la responsabilidad que nuestros vecinos necesitan actualmente en el curso de esta pandemia global y atender sus demandas, gestionando y solucionando las dificultades diarias para facilitar la vida de nuestra comunidad con la corresponsabilidad necesaria para un cargo de esta entidad», concluye Mario Gallego, ilusionado con su nuevo destino.

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