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Historia

Ponferrada digitaliza su «almacén de emociones»

La Biblioteca y el Archivo Histórico Municipal comienzan a tratar negativos y avanzan en el traslado a la pantalla de las 16 carpetas de documentos del legado que dejó el académico Valentín García Yebra

Ponferrada

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Era el día de los Santos Inocentes. Llovía en la ciudad del carbón y de los puentes de hierro. Y el atleta berciano Colomán Trabado, recién casado con la gimnasta Marta Cantón y en lo más alto de su popularidad después de haber ganado la medalla de oro en la prueba de los 800 metros de los Mundiales de pista cubierta de París, apareció en la plaza de Julio Lazúrtegui vestido con una peluca rubia y una barba plateada, coronado como el Rey Gaspar.

Eran las Navidades de 1985, la avenida de Pérez Colino aún no desembocaba en la rotonda del soñador de la Nueva Vizcaya; el Bar Bolo, la Droguería Iris y las Galerías El Catalán todavía estaban abiertas en la manzana que años después derribarían; los trabajadores de la cadena de los cines Morán, que agonizaba, hacían huelga; y el viejo Teatro Bergidum programaba un obra titulada Antojo de Dioses , de la compañía Androido, cuando los transeúntes que caminaban bajo los paraguas por el centro de Ponferrada presenciaron lo que la corresponsal de Diario de León Guillermina Lozano calificó de «un hecho insólito» en la crónica que firmó al día siguiente en el periódico. A Colomán Trabado, el hombre que hoy da nombre al estadio de atletismo de Ponferrada, no le importaba llamar la atención para recoger las cartas de los escolares en la caseta donde la emisora Radio Bierzo emitía aquel día su programación a pie de calle.

Jorge Gómez, Courel y Concepción de Vega. CFC

Aquella imagen que tanto impactó a los ponferradinos apareció, sin firmar, en Diario de León. Pero el fotógrafo de este periódico no fue el único que retrató ese día al atleta de Vega de Valcarce entrevistado por el locutor Manolo García. Un joven Jesús Álvarez Courel, hoy bibliotecario y archivero municipal de Ponferrada, también estaba allí y tomó una serie de fotografías donde se aprecia muy bien la mirada de recién casada de Marta Cantón. Treinta y cinco años después, los negativos de aquellas imágenes están entre los primeros que la Biblioteca y el Archivo Histórico Municipal ha digitalizado con el nuevo equipo tecnológico adquirido por el Ayuntamiento en lo que Courel definía ayer como «un proyecto de nostalgia y fotografía» en las redes sociales de la Casa de la Cultura. «Todo comienza cuando vamos al trastero a buscar una cosa y aparecen otras, como aquellos negativos olvidados», contaba.

Cuatro años digitalizando

La Casa de la Cultura llevan cuatro años digitalizando documentos propiedad del Ayuntamiento —y entre ellos los 16 tomos que forman parte del legado del académico de Lombillo Valentín García Yebra, que da nombre a la Biblioteca Municipal— con vistas a facilitar la labor de los investigadores sin deteriorar los legajos, y también revistas y publicaciones que se conservan en papel para su consulta en la sala de lectura. Ahora afronta la tarea de digitalizar negativos de fotografías, hasta el punto de que concejala de Cultura, Concepción de Vega, y el propio Courel invitaron ayer a los ponferradinos a acudir a la Casa de la Cultura para colaborar en el proyecto con aquellas imágenes que aún guarden en los cajones. «Ahora tenemos los equipos para hacerlo», decían. El doble objetivo de la digitalización de negativos y documentos es, explica De Vega, «que no se pierda el legado histórico y cotidiano» y «que todo el mundo pueda acceder a su contenido».

La idea es rescatar la memoria fotográfica de un tiempo en que los ponferradinos acudían a ópticas como La Gafa de Oro en la antigua calle Calvo Sotelo —hoy Camino de Santiago— para positivar en papel las imágenes que tomaban con sus cámaras de carrete . «Tenemos una generación que se muere y al final se tira todo al contenedor de la basura, o como mucho llaman a Cajón de Sastre», afirma Courel, en alusión a la veterana librería. «Pueden traernos los negativos y llevárselos después», añade.

Recorte de Diario de León de 1985. CFC

¿Y qué fotografías son importantes?. No todas tienen que ser tan jugosas como las de Colomán Trabado empelucado en la plaza de Lazúrtegui. «Si la memoria es un almacén de emociones, la nostalgia selecciona lo mejor de nuestra vida», escribe Courel en las redes de la Casa de la Cultura.

El benefactor de Lombillo

La digitalización de negativos completará la labor que ya se está llevando a cabo con documentos y publicaciones. Enfundado en unos guantes de tela para no estropear el papel, el técnico José Gómez es una de las personas que se encargan del proceso. Después de la labor que durante seis meses realizó el año pasado una becaria contratada para manejar el legado de Valentín García Yebra cedido al Ayuntamiento por la familia del académico, Gómez se ocupa ahora de inventariar, por ejemplo, la correspondencia del que fue traductor de textos clásicos en la editorial Gredos, un hombre en los años setenta medió con la administración para que declararán Bien de Interés Cultural a la iglesia de Lombillo de los Barrios, su pueblo. Y ahí está, digitalizado en el tomo diez del legado, el comunicado con el que el 30 de enero de 1976 el comisario nacional del Patrimonio Artístico Ramón Falcón Rodríguez informaba a García Yebra del proyecto de decreto que solo una semana después sería oficial. O la correspondencia con el que iba a ser presidente del Gobierno interino tras el atentado contra Carrero Blanco en diciembre de 1973, el jurista Torcuato Fernández Miranda, y donde García Yebra rogaba ayuda para asfaltar la carretera de Lombillo, algo que finalmente ocurrió en octubre de aquel año.

En la misma línea, el siguiente paso será digitalizar, para consulta en sala, publicaciones en papel vinculadas al Bierzo como El Templario, que Nicomedes Martín Mateos editó en Ponferrada entre 1923 y 1930, los semanarios Bierzo 7 y Aquiana , o los números que se guardan desde los años ochenta del Diario de León, como aquel donde Guillermina Lozano escribía del «insólito» Rey Mago Colomán Trabado.

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