Diario de León

Asuntos municipales

Ponferrada tramita 20 expedientes de ruina por edificios en mal estado

El 75% se ubican en el casco antiguo y las pedanías, y hay diez proyectos de rehabilitación

Ponferrada

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Ponferrada es una ciudad vieja urbanísticamente hablando. Salvo el barrio de La Rosaleda y algunos inmuebles de reciente o no muy antigua construcción que salpican otras zonas de la capital berciana, la mayoría de los edificios suman muchos años y cada vez resulta más complicado comprar una vivienda que no requiera de arreglo o rehabilitación. Poco hay en el casco viejo o en La Puebla que esté para entrar a vivir. Este es, precisamente, uno de los problemas que trata de atajar el Área de Regeneración Urbana (ARU) de La Puebla Norte. No obstante, aunque esta zona necesita lo que se va a hacer, hay problemas acuciantes en otros puntos de la ciudad. El casco antiguo es un buen ejemplo. Esta zona y las pedanías que pertenecen al mismo Ayuntamiento suman tres de cada cuatro expedientes de ruina en tramitación, es decir, el 75%. Actualmente son 20. Siete de ellos están en la parte vieja y ocho en los pueblos. El resto dispersos en otras zonas, según los datos facilitados por la Concejalía de Urbanismo.

Sin solución

La Concejalía de Urbanismo tiene registradas tres solicitudes de derribo

La calle Rañadero es el paradigma de la situación descrita que cada cierto tiempo reclama atención, pero no es el único. En la calle Gil y Carrasco, justo frente al emblema de la ciudad, el Castillo de los Templarios, un edificio ruinoso afea las vistas. En Santo Tomás de las Ollas, un cercado hecho con vallas de la Policía Local impide acercarse a una casa cuya balconada lleva años amenazando con venirse abajo. En la calle Comendador, también próxima al Castillo y a la iglesia de San Andrés, más de lo mismo. Son solo algunos ejemplos que ponen en evidencia la necesidad de intervenir antes de que sea tarde. De momento, el Ayuntamiento de Ponferrada tiene registradas tres solicitudes de derribo.

El ARU

Los diez proyectos de rehabilitación se sumarían a los previstos en el ARU de La Puebla

En la cara opuesta de la moneda está la apuesta por la rehabilitación que permita recuperar edificios y con ellos población en determinadas zonas que parecen vetadas para los nuevos compradores; o simplemente mejorar la apariencia de calles que, en no pocos casos, están en ubicaciones turística. Un ejemplo de lo bien hecho es la intervención que, hace casi cuatro años, se hizo en los cinco inmuebles ruinosos adosados al Teatro Bergidum.

La mayoría de las personas que han adquirido una vivienda en la ciudad en los últimos años lo ha hecho en La Rosaleda, precisamente para no depender de obras de puesta a punto que pueden disparar considerablemente el presupuesto. Además, todavía es importante el número de edificios que carecen de ascensor. Todo ello vacía algunos barrios, con ejemplos de edificios enteros prácticamente deshabitados. Ahora mismo hay diez solicitudes de rehabilitación al margen de las ya consabidas que llegarán de la mano del ARU de La Puebla Norte, en cuya primera fase se prevé la rehabilitación de 150 viviendas. Habrá una segunda fase hasta llegar a las 300.

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