Diario de León

Lo que guardan Los Doce Apóstoles

El Corredor Biológico Mundial declara la barrera de dolomías de los Montes Aquilianos como kilómetro cero mundial de varias especies vegetales que no se encuentran en otra parte del planeta

El grupo de investigación Tacobi DL

El grupo de investigación Tacobi DL

Ponferrada

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Los doce farallones rocosos que custodian, desde abajo, a la omnipresente La Aquiana no solo son uno de los elementos naturales más llamativos de la cuerda de los Montes Aquilianos, una barrera de dolomías única de aspecto casi mágico a medida que se pone el sol; sino también el hábitat exclusivo de un grupo de especies vegetales difíciles o prácticamente imposibles de encontrar en otra parte del mundo. Así lo acaba de corroborar el Corredor Biológico Mundial, que no ha hecho otra cosa más que confirmar lo que varios investigadores de la Universidad de León (ULE), que llevan años trabajando en la zona, sabían. Los Doce Apóstoles —así se llama formación rocosa— han sido declarados como kilómetro cero mundial de varias especies de flora endémica.

«Se trata de especies exclusivas que solo viven en este paraje o alguno muy próximo y en ningún otro lugar del mundo», explican los hacedores del reconocimiento. Son Geranium dolomiticum , Armería rothmaleri , Campanula adsurgens, Leontodon farinosus , y Rhamnus legionensis . Todas ellas «de distribución muy restringida, que solo viven en los afloramientos calizos leoneses del Bierzo y de las próximas provincias gallegas de Orense y muy puntualmente en Lugo. Formaciones que funcionan como auténticas islas de biodiversidad», subrayaron las mismas fuentes.

El grupo de investigación Tacobi (Taxonomía y Conservación de la Biodiversidad) de la Universidad de León (ULE) ha sido el precursor de la declaración de Los Doce Apóstoles como kilómetro cero de varias especies de flora. Miembro del Corredor Biológico Mundial, se trata de un grupo multidisciplinar coordinado por la doctora Carmen Acedo e integrado por profesores e investigadores especializados en Botánica y Zoología: Carmen Lence, Victoria Ferrero, Estrella Alfaro-Saiz, Nacho A. Felpete, Sara Santamarina, Raúl Lois y Felix Llamas. La base de su trabajo es la conservación de especies de plantas en riesgo de extinción.

También la barrera de dolomías de los Montes Aquilianos forma parte de este Corredor Biológico Mundial desde hace algunos meses. Se integró en octubre el año pasado por ser albergue de más de una treintena de especies vegetales de gran interés, varios de los cuales están protegidos por el Decreto CYL 63/2007 e integrados en el catálogo autonómico de especies silvestres (LESRPE) protegidas por la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.

Con su reconocimiento como kilómetro cero, lo que se pretende es garantizar la protección de este entorno natural, preservar tanto el espacio en el habitan las plantas como a ellas mismas, concienciar sobre su interés y hacer una planificación de las posibles intervenciones que no deben realizarse ni autorizarse si se sospecha que pueden resultar inadecuadas para la conservación de especies tan restringidas y en riesgo de extinción.

Un corredor en 5 continentes

El Corredor Biológico Mundial es un proyecto internacional, presente en los cinco continentes, que busca generar un área continua a modo de cinturón ecológico alrededor del planeta, conformado por infraestructura verde y azul, que una países, personas, seres vivos, selvas, bosques, reservas, océanos y hábitats marinos.

Este cinturón verde y azul es un proyecto que une territorios muy diversos que comparten la condiciones de «conservar hábitats diferentes que aseguran la supervivencia de las especies, mantienen biodiversidad y crean una vía continua de intercomunicación de vida», explicaron fuentes del mismo.

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