Ramón anuncia trabajo con «ahínco» y el «rápido» restablecimiento de su salud

MANUEL FÉLIX

El alcalde de Ponferrada, el socialista Olegario Ramón, hizo el primer balance de sus dos meses de gestión municipal a través de una carta de opinión. En ella, conocedor de la preocupación que existe en la ciudad y el resto del municipio por su problema de salud, asegura que trabajará con «ahínco» para intentar revertir la situación y dar solución a los «graves problemas que vive el municipio», citado el transporte público, la limpieza, la recogida de residuos y «el estado lamentable» de los espacios públicos, así como «la falta de servicios básicos» del medio rural.

Olegario Ramón indica que, «animado por el convencimiento fundado de un rápido restablecimiento de mi salud», trabajará como lo hace y hará su equipo, «consciente de la situación complicada que vivimos», pero a la vez «esperanzado». El regidor confiesa que «la solución de los problemas más graves a corto plazo, aún siendo indispensable, no nos puede desviar del modelo de ciudad que proponemos, ya que alcanzarlo es el verdadero objetivo, con un trabajo de planificación y gestión a medio y largo plazo».

El nuevo mandatario municipal de Ponferrada dice sentirse «sorprendido, aunque sea algo de lo que siempre se ha hablado, que un gran número de ciudadanos» le haya pedido «un puesto de trabajo en el Ayuntamiento». Y acto seguido se pregunta y se responde en forma de crítica velada: «¿Cómo se habrá gestionado hasta ahora para que la ciudadanía crea que esa es la vía de acceder al empleo público? Para mí esto es particularmente descorazonador, porque siempre ha sido casi una obsesión personal garantizar la limpieza en los procedimientos de selección en nuestro Ayuntamiento». También confiesa que le han sorprendido menos las «amistades sobrevenidas y las lisonjerías» que genera su nuevo cargo, al tiempo que dice también conocido «gente honesta, dispuesta a trabajar por esta tierra».

Ramón arranca su carta señalando que estos dos meses los ha vivido «con la angustia» de intentar lograr con urgencia una solución a los graves problemas que vive el municipio y «la inoportunidad de una enfermedad relativamente grave», que confiesa fue «diagnosticada a los tres días de ser elegido», y que le ha supuesto «un contratiempo importante».

Resalta que, para alguien que tiene «la costumbre, y casi la necesidad», de tener el control de aquello que gestiona, «ha sido muy difícil asumir que en un Ayuntamiento relativamente grande y con múltiples frentes abiertos se ha de renunciar, casi por razones de salud mental, al control absoluto». También remarca que había oído hablar de «la soledad en el despacho de un alcalde» y dice que, a pesar del apoyo de su equipo, «creo que ya conozco esa sensación». «Tengo la impresión, casi constatación, de que es extraordinariamente complejo que los partidos políticos sean capaces de anteponer el interés general a los egos personales de sus representantes o a los intereses particulares de sus organizaciones. Por todo ello no ha sido éste un período en el que haya disfrutado del cargo, más allá de la asistencia a diversos actos culturales que me han aportado la serenidad necesaria para parecer sereno», explica.

Olegario Ramón termina su carta mostrandose convencido de que, con la implicación de todos, se obtendrán logros.