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Resignación en la hostelería de Ponferrada, que teme «pagar» el aumento de fiestas privadas
La cafetería Alcalá de Ponferrada, ayer, a media mañana. L. DE LA MATA
Con resignación acogió ayer la hostelería de Ponferrada el cierre de interiores decretado por la Junta de Castilla y León al superar los niveles de incidencia por cada 100.000 habitantes. El mal tiempo provocó que muchas terrazas —lo único abierto— se vieran vacías, ayer, en plazas y calles de la capital del Bierzo.
El boletín de la Comunidad, el Bocyl, publicó ayer el acuerdo del Consejo de Gobierno Extraordinario sobre esas mayores restricciones para controlar la pandemia de la Covid-19.
Con 156,7 casos de contagio por 100.000 habitantes a 14 días, en el caso de Ponferrada, el cierre supone otro duro golpe para la hostelería, más teniendo en cuenta que es el único municipio del Bierzo afectado por la medida.
El presidente de la Asociación de Hostelería del Bierzo, David Belzuz, ha advertido del riesgo de que las fiestas incontroladas tras el final del estado de alarma repercutan en que no bajen los índices en los próximos días.
Justo esta semana el PP pedía en el Ayuntamiento de Ponferrada que las bonificaciones por terrazas y otras medidas se amplíen a 2023. Su portavoz, Marco Morala, cree que son imprescindibles para apoyar al sector.