Diario de León

Agricultura

Resultado del granizo: Pérdidas de hasta el 90% e inicio de una guerra con Agroseguro

Los daños del pedrisco están menos extendidos de lo esperado y los frutales de Carracedelo, la principal zona productora, se han librado; pero en Arganza y Cacabelos el panorama es desolador con fruticultores que insisten ahora es una política de seguros justa

Peras dañadas en una finca de Cacabelos. ANA F. BARREDO.

Peras dañadas en una finca de Cacabelos. ANA F. BARREDO.

Ponferrada

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El negro ha tornado en gris tras la primera revisión a fondo del campo berciano después de la tromba de granizo que cayó ayer, con piedras de hasta tres y cuatro centímetros de diámetro. Arganza, Cacabelos, Quilós, Magaz, Camponaraya, Narayola, Dehesas y La Martina son las zonas con más grado de afección; pero Carracedo, Posada y Villaverde, en el municipio de Carracedelo, se libraron del pedrisco y, en el caso de la fruta, esta es la principal zona productora. Habrá daños importantes, afirmó el director técnico de los sellos de calidad de la Pera Conferencia y la Manzana Reineta, Pablo Linares, pero menos de los que cabría esperar tras la intensidad con la que cayó la piedra y que apuntaba los peores presagios. Lo mismo ha sucedido con la uva. Los viñedos de Arganza, Cacabelos, Quilós y Magaz han sido los más afectados y también se han registrado daños en las viñas más próximas a Ponferrada, explicó el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, Adelino Pérez. En todo caso, así como en la pera los daños son visibles casi de manera inmediata, con la uva habrá que esperar entre tres y cuatro días para ver lo que realmente ha pasado, aunque son numerosos los racimos que han caído el suelo e importante también el volumen de bayas golpeadas y rajadas.

Peras afectadas. ANA F. BARREDO

Peras afectadas. ANA F. BARREDO

Uvas de la variedad godello con impactos de granizo. ANA F. BARREDO

Uvas de la variedad godello con impactos de granizo. ANA F. BARREDO

El color gris resume, en palabras del propio Linares, el escenario general; pero en la zonas afectadas, el negro es absoluto. Hay fincas de perales en Cacabelos que han perdido el 90% de la producción. Es el caso de las dos parcelas (4,6 hectáreas) del agricultor José Manuel Amigo. Son las únicas que se libraron de las heladas de primavera y, por eso, las piezas tienen un gran calibre, de 75 y hasta por encima de los 80 milímetros. Salvaron la helada pero han caído con el pedrisco, porque las que no presentan impactos de gran tamaño -algunas acumulan hasta seis golpes- tienen daños que hacen inviable su conservación. Hay que recordar que la pera que empieza a recogerse el lunes no sale al mercado hasta principios de otoño. Durante más de un mes y medio, el fruto se mantienen en cámaras y si presenta golpes acabará pudriéndose, por eso ya queda desechada de base. Se podrá destinar a consumo inmediato una pequeña parte, aseguró Linares; pero no hay salida para toda la fruta dañada, por lo que esto sería solo un parche. Otra opción es la transformación para la fabricación de productos derivados de la pera, como compotas o mermeladas; pero en el Bierzo apenas hay empresas transformadoras y enviar la fruta fuera supondría un sobrecoste inasumible para el fruticultor. Sin rentabilidad no hay negocio.

Con las brazos sostenidos en la cintura y mirando incrédulo a los árboles. Así recibió José Manuel Amigo a Diario de León en un parcela que ejemplifica bien el desastre. El fruto ya se da por perdido y ahora "comienza una guerra con Agroseguro" -dijo- por tratar de conseguir un precio justo que realmente cubra la cosecha y los gastos. De la pera queda un 10%, pero lo que más le preocupa a este agricultor son los árboles. En esta finca en cuestión, lleva años luchando contra el fuego bacteriano, con varias replantaciones y horas y días y noches de trabajo. Solo trabajando ha conseguido mantener la enfermedad a raya, pero la piedra ha dañado las hojas y eso puede traer consigo males mayores. Un árbol débil es más proclive a la infección por fuego bacteriano. Así que, concluida la recolección y en plena "guerra" con Agroseguro, tendrá que iniciar otra contra la enfermedad de los perales. Más tratamientos y más gastos después de un año marcado por las heladas, la sequía, el excesivo calor y, para rematar, el pedrisco.

Algunos racimos han caído al suelo tras los golpes. ANA F. BARREDO

Algunos racimos han caído al suelo tras los golpes. ANA F. BARREDO

En la batalla con el seguro, José Manuel Amigo y todos los fruticultores que no estén de acuerdo con la valoración de Agroseguro tienen el respaldo de la Asociación Berciana de Agricultores (ABA). Su presidente, Daniel Franco, ha querido enviar un mensaje claro, que no firmen si no están conformes y que juntos harán presión por conseguir las mejores condiciones. "Desastre", esta fue la palabra empleada por Franco para resumir la situación en la zona del Bierzo con más daños. Desastre que en el caso de la manzana es todavía mayor porque la producción ya quedó reducida a la mitad por el hielo de primavera.

"Lo que hemos hecho hoy es una valoración inicial y hemos visto que los daños están menos extendidos de lo que esperábamos ayer; pero habrá que esperar unos días para ver el impacto real. El lunes se empezará a recoger la pera y ahí ya veremos cuál ha sido realmente el alcance, porque los impactos más pequeños tardan un poco más en mostrarse", explicó el director técnico de las marcas Pera Conferencia y Manzana Reineta. Que el escenario sea mejor que el previsto no quiere decir que sea bueno. "Este no ha sido un bueno año en genera y las pérdidas van  a ser importantes", dijo. En el caso de la pera, la estimación era de 12 millones de kilos recogidos con sello de calidad. Ya son tres millones de kilos menos con relación a una cosecha normal por la helada y el estrés hídrico; pero es que ahora el pedrisco causará una rebaja mayor.

El viticultor Ginés Fernández aplica tratamiento con cobre. ANA F. BARREDO

El viticultor Ginés Fernández aplica tratamiento con cobre. ANA F. BARREDO

En la misma situación está la uva a las puertas de la vendimia. Entre Cacabelos y Arganza, Ginés Fernández se disponía a aplicar un tratamiento con cobre para tratar de contener los hongos cuando Diario de León llegó a su parcela. Tiene godello y mencía, algunos centenarios, y los daños son generales. Hay racimos enteros y una gran cantidad de hojas rotas en el suelo, también muchas bayas rajadas. Lo que puede hacer aplicando el tratamiento es frenar a los hongos para evitar la podredumbre y ganar tiempo hasta la vendimia. Las altas temperaturas -aseguró- también ayudan mucho en este proceso. Si durante los próximos dos o tres días se mantiene el calor, este mismo secará las bayas dañadas sin que el mal se transmita al resto del racimo. La vendimia será normal, salvo una pequeña preselección en parcela, pero tendrán que ser las bodegas las que hagan la selección de los racimos en buen estado para la elaboración de los vinos.

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