El sector frutícola clama ayuda al ver expectativas de duplicar producción

En un momento en el que la economía del Bierzo está muy resentida por el batacazo industrial que supuso el cierre de las minas sin alternativas, el sector agrícola —y en especial el de la fruta— reivindica un mejor y mayor espacio estratégico en esta comarca. Los fruticultores han puesto encima de la mesa una serie de propuestas que, si recibe el apoyo institucional necesario, estarían en disposición de aumentar la producción hasta duplicarla; y por tanto, dar valor añadido a lo que ya generan hoy en día los 4.000 puestos de trabajo de su cadena de producción.

José Ángel Bodelón, que es el presidente de la Asociación Berciana de Agricultores (ABA) y también de la comercializadora de fruta Cofrubi, (en la que están la central cooperativa Frutiber y la central hortícola de Carracedelo Cefruca), es rotundo en el planteamiento: «Nosotros necesitamos aumentar la producción, y bastante. Necesitamos ser capaces de producir lo que tenemos plantado. Es decir, que las cerca de 500 hectáreas plantadas de frutales estuviesen produciendo lo que potencialmente podrían producir. Si hubiese más, mejor. El problema es que no somos capaces de llegar a un rendimiento de por ejemplo unas 35 toneladas por hectárea».

Con esta situación, buscan soluciones que conocen y que pasan por salvar con medios técnicos los contratiempos de la meteorología (heladas), las plagas o los problemas estructurales en materia de modernización del regadío obsoleto y las reconcentraciones parcelarias. Lo han visto ya con el fuego bacteriano, que supuso pérdida de cosecha y necesidad de replantar de nuevo. También con los destrozos de las heladas o el cambio climático, al carecer de sistemas preventivos. No necesitan que vengan más agricultores a plantar, sino que las fincas existentes sean más rentables, obtener lo que realmente pueden producir esos frutales de pera o manzana.

La explotación media frutícola de Cofrubi está en el entorno de las 3,5 y 4 hectáreas. «Esto supone que hay fruticultores con 7, 8 o 10 fincas y no puedes poner una torre antihelada en cada finca. Pero hay sistemas nuevos que sí podrían utilizarse. Nosotros ya lo estamos probando y haciendo seguimiento en algunas fincas de torres de ese tipo; pero más pequeñas, plegables y movibles. No fijas. También hay otro tipo de sistemas con calor, aparatos enganchados al tractor o en fijo. Hay soluciones, pero lo que ocurre es que eso es muy caro», remarca Bodelón.

De las ayudas se ha venido hablando en numerosas ocasiones y llueve sobre mojado. Por eso, el fruticultor, el agricultor, lo que quiere es que les ayuden, pero con una puntualización que expresa el presidente de Aba y Cofrubi con un ejemplo simbólico: «Nosotros no queremos que nos regalen el pescado. Lo que queremos es que nos ayuden a comprar una red que nos permita pescar por nosotros mismos». Esa ayuda pasa por incentivos para que el agricultor pueda comprar los caros sistemas antiheladas (una torre cuesta 55.000 euros). «Pasa también porque la Administración, con el tema de las concentraciones parcelarias y el regadío se implique con apoyo de verdad. Necesitamos mucho más apoyo», resume Bodelón.

Advierte este conocedor del sector que el futuro para la fruta pasa por la concentración parcelaria, modernizar el regadío y el sistema antiheladas. «Si somos capaces de tener esos tres pilares resueltos, los agricultores generaríamos más riqueza y si nos dan 50 euros los devolvemos con creces, porque si sigo trabajando y aumentando mi explotación genero riqueza, empleo y lo devuelvo vía impuestos directos e indirectos. es de cajón», dice.