Sello emprendedor del Bierzo para la moda del ajo negro

m.c.c.r. | ponferrada

El ajo negro, un producto que empieza a demandarse en tiendas especializadas por sus cualidades terapéuticas, se ha incorporado a los productos que se transforman en el Bierzo gracias a la iniciativa de un joven emprendedor, Carlos Pardo.

El ajo negro, según explica, previene y es muy eficaz para la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. «Recientes estudios lo han catalogado como un gran anticancerígeno», dice este joven de Bárcena. La idea de comercializarlo desde el Bierzo se le ocurrió al conocer el auge de este producto de origen japonés, cuya receta nipona sigue a rajatabla para su elaboración. «El problema, es que no había cualificación para ejecutar el proyecto y se concentró en unos pocos que son los que actualmente abastecen el mercado nacional. Todos los dientes deben de ser regulares, con la misma textura, sabor y untuosidad. Un ajo negro de calidad debe mantener su forma una vez pelado tal cual como si fuera blanco; sin embargo tiene que tener la capacidad de extenderse como la mantequilla, sabor dulce y un ligero picor muy leve».

Además de su uso terapeútico, tiene un sinfín de posibilidades dentro de la cocina moderna y de fusión. Desde una simple tostada de pan untada con ajo negro, a guisos, salsas, ensaladas... «El público de avanzada edad lo consume habitualmente como prevención; en cambio los más jóvenes prefieren utilizarlo en la cocina. En restauración acompaña bastantes platos», explica.

En la actualidad, además de León, Carlos Pardo llega con su producto a Madrid y Galicia. «Esperamos poco a poco seguir ampliando mercado y afianzando más clientes». Su empresa, grupo Vallelongo, es un pequeño fabricante de varios tipos de queso y también dispone de un molino de piedra natural para elaborar pimentón. La marca Bierzo, reconoce, es una buena tarjeta de visita.