Torre pide a la Junta que vigile las chimeneas de minas abandonadas

«La Junta no se puede borrar de este asunto», decía ayer el alcalde de Torre del Bierzo, Gabriel Folgado, para reclamar a la administración autonómica que ejerza sus competencias en Minas y vele para que los dueños de las explotaciones mineras cerradas cumplan a rajatabla los planes de restauración y vigilen y señalicen las chimeneas de ventilación en desuso. La caída de dos perros de caza por un agujero de de 35 metros antes de ser rescatados por los bomberos de Ponferrada el pasado sábado en la pedanía de Santa Cruz de Montes —en noviembre del año pasado ocurrió lo mismo con otro animal en una cacería en Igüeña— ha despertado las alarmas en el municipio de Torre, donde su regidor apunta en primer lugar a la responsabilidad de los dueños de las explotaciones, pero también se dirige a la Junta para que «haga cumplir la normativa», ante la posibilidad de que en un futuro acabe por caer también una persona en una de esas trampas repartidas por el monte. «¿Quién dice que cualquier día no cae una persona?», se preguntó Folgado, que ya ve a las televisiones de todo el país al pie del agujero.

Desde la Delegación Territorial de la Junta en León , sin embargo, manifestaron ayer que la responsabilidad es únicamente de los empresarios, que deben presentar el proyecto de cierre cuando una explotación deja de funcionar y la administración «no tiene la obligación» de señalizar ni vigilar las chimeneas abandonadas. La Junta tampoco dispone de ningún inventario de chimeneas de ventilación abandonadas y fuentes del servicio de Minas señalaron que el número de las que están repartidas por la provincia puede ser muy elevado y difícil de contabilizar después de un siglo de actividad minera.  

En Santa Cruz de Montes cerró hace ahora un año la última mina del Bierzo, Antracitas de Salgueiro, aunque el alcalde de Torre no se atrevía ayer a asegurar que la chimenea donde ocurrió el suceso el pasado sábado pertenece a la empresa en concurso que formó parte del grupo de Victorino Alonso, como si señalaron a los bomberos de Ponferrada vecinos de la zona.  

«Hay chimeneas cubiertas por la maleza y una mala pisada te puede llevar a caer», advirtió en cualquier caso Folgado, que no dejó de lamentar como el final de la minería ha propiciado «el abandono, de prisa y corriendo» de algunas explotaciones que «han dejado todo abierto, instalaciones y oficianas y chimeneas de ventilación en el monte sin señalizar».  

En el caso del pasado sábado, los bomberos de Ponferrada tuvieron que descender con botellas de oxígeno en vista de la escasa concentración que había en el fondo de la chimenea. Los dos perros fueron rescatados sanos y salvos al segundo intento después de dos horas de trabajo. También el perro que cayó por otra chimenea en noviembre en Igüeña fue rescatado ileso.