Política municipal
USE acusa al equipo del alcalde de negligente en su «fiebre licitadora»
La concejala López Voces se queja de lo sucedido en Teleasistencia
Samuel Folgueral. L. DE LA MATA
El grupo municipal USE Bierzo que lidera el ex alcalde de Ponferrada Samuel Folgueral emitió ayer un comunicado en el que indica que se ve obligado de nuevo a denunciar «la desidia y negligencia con la que el equipo de gobierno afronta su particular fiebre licitadora». Indica que, por más que parezcan términos contrapuestos, el tripartito está logrando casarlos para seguir sumiendo al Ayuntamiento de Ponferrada en un desastre administrativo del que el último capítulo es la licitación fantasma del Servicio de Teleasistencia, que en palabras de la concejal Cristina López Voces «refleja una incapacidad para la gestión plasmada cada día en errores inadmisibles».
El pasado 19 de enero este Grupo Municipal tuvo conocimiento de la renuncia al contrato de Servicio de Teleasistencia del Ayuntamiento de Ponferrada, cuyo expediente inició el Área de Servicios Sociales el pasado 21 de septiembre de 2020. Al interesarse los concejales de USE por la causa, se informan de que el pasado 14 de diciembre la Junta de Castilla y León aprueba la Ley por la que la competencia de dicho servicio pasa a ser propia y exclusiva del gobierno autonómico, tal y como se publica en el Bocyl el 21 de diciembre de 2020.
De este modo, Cristina López se pregunta «¿Cómo es posible que la adjudicación del contrato se produjese el 28 de diciembre? Entendemos que se pueden cometer errores, pero por otra parte es de recibo que, cuando hablamos de una competencia delegada, si se tiene intención de licitar un servicio lo lógico es informarse de cómo está la delegación en ese momento. Cualquiera puede entender que una Ley no se tramita de un día para otro, por lo que el proceso de su elaboración viene de tiempo atrás y, con toda probabilidad, de antes del inicio del expediente de dicho contrato».
Para López Voces «es preocupante que la chapuza en cuestión ha supuesto un agravio para las empresas licitantes que tuvieron que elaborar las ofertas, mucho mayor para la teórica adjudicataria que tuvo que constituir una fianza definitiva de 5.000 euros». Pero mucho peor es que «refleja la forma de actuar del equipo de gobierno, cuyos integrantes han acusado a otros de fiebre licitadora cuando ellos licitan sin ton ni son, malgastando recursos y medios que deberían ser ocupados en actuaciones sobre las que el Ayuntamiento sí tenga competencia».