Diario de León

Nuevo símbolo de la represión en la comarca

Versos de Lorca para que la semilla de Magaz no se olvide

Camponaraya gestiona que la vicepresidenta Carmen Calvo entregue los expedientes de los juicios de los 35 represeliados en un acto en el Bierzo

Eduardo Morán, en el acto de ayer. ANA F. BARREDO

Eduardo Morán, en el acto de ayer. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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Las canciones de Isabel Revilla, Isamil9, combatieron ayer las balas de odio que resonaron en la curva de Magaz de Abajo hace 85 años. El acto, bajo un sol de justicia —la palabra más reivindicada por las familias durante toda la mañana—, se cerró con el descubrimiento de un monolito que recuerda desde ayer los nombres de los allí enterrados en 1936 y otros asesinados en Camponaraya durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo. En total, 33 hombres y dos mujeres grabados uno a uno junto con los versos de García Lorca, En la bandera de la Libertad, bordé el amor más grande de la vida .

Fue un acto sencillo, y muy emotivo, protagonizado por algunos de los descendientes de aquellos muertos: 23 fueron fusilados en la misma curva, uno en Cacabelos y 11 en Camponaraya. Hijos como Rosa Fernández Soto, que, a sus muchos años, ya no se esperaba poder honrar a su padre, y que ayer aguardaba pacientemente el inicio del acto con un ramo de flores. «Mi madre tenía haber visto esto», se lamentaba. Hasta ayer, nunca había pasado por la curva de Magaz, y eso que vive en Ponferrada.

O Isabel Magallanes, que leyó en alto una carta de su abuelo encontrada en un bolsillo que nunca llegó a manos de su abuela, y en la que le pedía que mirara por sus hijos y se declaraba inocente en medio de una situación «llena de horror y espanto». O de Rosa, nieta de otro represaliado. Varias familias colocaron retratos de sus seres queridos junto al monolito. «Aquí estamos recordando a seres humanos que fueron ejecutados por defender unas ideas diferentes a las del poder de la época. Fueron valientes y desentonaron en la realidad que les tocó vivir. Personas, hombres y mujeres, a quienes después se les abandonó en cunetas, un acto miserable y cruel, pero que, contradictoriamente, alzó sus nombres desde lo profundo del suelo donde escondieron sus cuerpos, hasta el más alto de nuestros reconocimientos», señaló en el homenaje el alcalde de Camponaraya y presidente de la Diputación, Eduardo Morán.

Eduardo Morán, en el acto de ayer. ANA F. BARREDO

Flores del campo esparcidas en el entorno del monolito, un par de banderas republicanas y un atril con un cartel en el que se podía leer la frase «Verdad, justicia y reparación», dieron la bienvenida a las cerca de 200 personas que se reunieron ayer en la curva de Magaz para el homenaje, que se repetirá cada 8 de mayo y que en los próximos meses se completará con la posible presencia de la vicepresidenta y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, para entregar a las familias la documentación —no se conserva en todos los casos— de los juicios sumarísimos que sufrieron, según anunció Morán en la clausura.

El también alcalde de Camponaraya, que reconoció que era uno de los actos «más difíciles» a los que había asistido como regidor del municipio, destacó el respeto que siempre ha tenido la zona para los vecinos de Magaz de Abajo pese a que, hasta ayer, no había ningún recuerdo. «Son nuestra historia; son nuestra memoria viva», dijo también Morán tras resaltar la Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como una herramienta fundamental «a la hora de reconocer los derechos de las víctimas y sus familiares de la Guerra Civil española y el franquismo» y abogar por la nueva Ley de Memoria Democrática, actualmente en tramitación, como un elemento clave para continuar con esta labor.

Momento del descubrimiento de la placa. ANA F. BARREDO

El presidente de la Diputación compartió el protagonismo político del acto con la concejala de Bienestar Social de Ponferrada y portavoz de Podemos, Lorena González. En un discurso crítico con la situación política actual, Lorena González arremetió contra Isabel Díaz Ayuso por decir que ser facha es estar en el lado bueno de la Historia y desautorizó que sigan desgravando en Hacienda los donativos a la Fundación Francisco Franco.

Visiblemente emocionada en el final de su intervención, destacó además el silencio y el dolor de las familias durante más de ocho décadas y exigió que «no se desdibuje la Historia, porque tiene que ver con el futuro». En un discreto segundo plano, también asistieron el alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, o el portavoz de USE Samuel Folgueral y Santiago Macías, a quien la organización agradeció su aportación para documentar lo que pasó en el mismo lugar hace más de ocho décadas.

El concejal de Podemos en Camponaraya Oli Vega, uno de los organizadores, se preguntó «cómo tuvo que haber sido aquella escena cuando cavaban las tumbas» y agradeció la colaboración de la Junta Vecinal, el Ayuntamiento, la ARMH o la Junta de Castilla y León, en este último caso por ceder los terrenos.

El acto también contó con la participación de la poeta Sol Gómez Arteaga, quien reclamó que, sin rencor, «se sepa la verdad y se haga justicia». «Aún muchos siguen en las cunetas», añadió. El monolito es también, según dijo, un lugar donde llevar unas flores para familias de los allí asesinados. «Qué es la memoria si no una semilla de amor», se preguntó y contestó en voz alta. Porque semilla, junto a justicia, fue ayer la palabra que más se repitió en todas las intervenciones. También cuando Isamil9 interpretó Son semilla . Una letra y una música que surgieron, según explicó ella misma, de una foto en las redes sociales de una mujer con una pancarta: «Quisisteis enterrarlos en vida pero olvidasteis que ellos y ellas son semilla».

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