Vídeo | Volado el símbolo minero de Anllares

Se acabó. Ya no existe la chimenea de la central térmica de Anllares, la que durante casi cuatro décadas quemó carbón de las cuencas del Bierzo y dio de comer a muchas familias, con todo lo que suponía esa economía minera. A primera hora de la tarde de ayer (15.35) —en un día gris plomizo por la lluvia— volaba por los aires el último símbolo visible de esta fábrica de luz. La dinamita hizo implosionar los 150 metros de chimenea y en ese momento se vino abajo parte de la arqueológica industrial que ha marcado el carácter de estas cuencas del carbón berciano.

Ya no existen mineros en el Bierzo y poco a poco van cayendo al suelo las chimeneas del pasado de antracita. En Anllares, el pedáneo, Borja Martínez, dice que hay que pasar página, apostar por otras alternativas más limpias y —como el resto de la población— han cumplido años concienciados de que el asunto del carbón se quedará en los libros de historia y en filandones de abuelos para sus nietos.

Muchos fueron —especialmente jóvenes— los que pasaron ayer frío para ver de cerca el final para siempre de esta chimenea símbolo. Allí estuvieron durante horas con sus cámaras de fotos y teléfonos móviles para inmortalizar algo que luego recordarán el resto de sus vidas. «¡Yo estuve en la voladura de las chimeneas de Anllares!», podrán volver a contar, comentaban.

El sentimiento de cierta zozobra contenida recorrió los minutos previos y posteriores a la gran voladura de lo que queda de la térmica de Anllares. El pueblo vecino del mismo nombre ha borrado parte de la silueta de los últimos 36 años, descerrajando un clavo más en el ataúd del pasado minero. Tras la polvareda de la explosión, todos para casa, ateridos de frío. A partir de ahora, sigue el tiempo de descuento para las chimeneas que están en pie en la térmica de Compostilla, en Cubillos del Sil, ya en desguace.