Un desfile para sacar los colores a la calle

Cáctus salidos de la imaginación de algún pintor surrealista, glamurosas mujeres de sombrero azul y labios de color añil, hileras de cajas de cartón con palomitas, pelucas blancas, bombines rojos, y así hasta reunir a nueve grupos de lo más variopinto. El desfile de Carnaval en Camponaraya reunió a nueve grupos que literalmente sacarlo los colores a la calle en una tarde soleada que se confabuló para que ni una nube empañara la fiesta.

Desde la plaza del Ayuntamiento la cadena de disfraces —si hubiera sido ciclistas se hubiera podido escribir aquel lugar común del periodismo deportivo que llamaba serpiente multicolor al pelotón— recorrió las calles de Camponaraya a partir de las cinco de la tarde hasta desembocar en el pabellón deportivo de la localidad. El Ayuntamiento les tenía preparada allí una gran chocolotada y un baile para amenizar el final de la fiesta y recuperar de paso la energía que derrocharon los disfrazados durante el desplazamiento callejero, presenciado por una multitud de vecinos.

La climatología ayudó durante toda la tarde a que los disfraces más vistososo lucieran como nunca y se lo pusieran dificil al jurado que al final de la jornada debía repartir casi mil euros entre los mejores conjuntos y disfraces.

Carnaval temprano

El desfile de Carnaval de Camponaraya, como el de otros lugares del Bierzo, se adelantaba así al Martes de Carnaval, cuando la actividad festiva se centre en la ciudad de Ponferrada, y al sábado de Piñata por el que optan otras localidades como Bembibre. Y así, hay hueco para todos y ninguna fiesta pisa a otra.