Diario de León
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Esta es la pregunta que irrumpió en mi mente cual aplastante avalancha de indignación cuando leí la noticia sobre el alcalde de Cistierna, Nicanor Sen, presentada en el Diario de León de fecha cuatro de enero de este recién estrenado 2019. Reclama inversiones para su comarca cuando ya tiene 1,5 millones de euros del Gobierno, que ya quisiera yo para la mía. Estos fondos se han comprometido para el desarrollo de espacios públicos que alberguen instituciones culturales, como el Instituto Bíblico y Oriental (IBO), y ha sido Cistierna, precisamente, la destinataria del mayor aporte. Pero ni una palabra menciona. “Lo prioritario son las vías de comunicación (…) para recuperar la afluencia de visitantes para toda la Montaña Oriental Leonesa”. Es obvio que con una institución con el prestigio del IBO se atraigan más visitantes, básicamente porque sus fondos bibliográfico y museístico son un referente a nivel nacional (y me quedo corta). Estas palabras del alcalde, teniendo en sus manos uno de los mayores proyectos de inversión en la montaña de León, carecen de toda lógica. Y ahí siguen los fondos, bloqueados en el consistorio. Dos años llevamos los alumnos del IBO esperando unas aulas adecuadas y una biblioteca que será una ampliación y mejora de la de la propia localidad de Cistierna, ¿qué más se puede pedir? También alude a la fuga de profesionales, en este caso sanitarios, aunque la sangría en nuestra tierra afecta a todos los estamentos. Atraer estudiantes e investigadores de todas partes, incluso internacionales, ¿no sería beneficioso, también? Eso sí, foto con el prestigioso arqueólogo Günter Dreyer, invitado por el IBO durante su semana de verano anual. ¿Para qué pedir más inversiones y financiación? ¿Para bloquearlas de nuevo? Si de verdad tuviese en consideración a sus paisanos, qué menos que acondicionar la Iglesia de Santa Bárbara y exponer ahí el belén napolitano, ahora que ya tiene los fondos. Pues ni eso. Sin embargo las obras en La Ercina y Sabero llevan buen ritmo. ¿Qué es lo que le incomoda del IBO? ¿Es porque es Oriental? ¿o Bíblico? ¿o Instituto? Efectivamente, es un instituto de investigación que se dedica a divulgar las culturas orientales asentadas en tierras de la Biblia. El IBO está abierto a todo aquel con afán de aprendizaje, independientemente de su edad, religión o conocimientos previos, basta una búsqueda rápida en internet para conocer algunas de sus actividades y méritos. Un instituto de investigación, o si prefieren “empresa” (término más del gusto político) que podría “dinamizar” (otro término de gran interés) la castigada zona minera. Pena y vergüenza también siento, porque, de nuevo, veo peligrar otra oportunidad para nuestras cuencas mineras. Hace tiempo que aprendí que el cáncer reside en nuestro tuétano y desde allí nos devora. La dirección del IBO, con su humildad ejemplar, está mostrando una paciencia infinita con diversos “administradores” en nuestra provincia. Dos veces ha intentado asentarse en León, y ahora la montaña, tan castigada por la depresión demográfica sobrevenida por la crisis del carbón, de la que como gordonesa soy testigo, tiene una oportunidad única en sus manos. Mucho trabajo le queda al IBO por hacer y lo hará, en un lugar u otro. Nosotros, como leoneses, aún tenemos el enorme privilegio de contar con esta institución. Esperemos que esta obra salga adelante, pues mucho me temo que esta será la última oportunidad de mantener este tesoro de la humanidad en nuestra provincia.

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