Diario de León

Ahora resulta que son héroes los mineros asturianos

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León

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Hace años, los mineros fuera de las Cuencas e incluso dentro de ellas, eran poco menos que una lacra para sociedad española, subvenciones a montones, una empresa con déficit permanente (donde ninguna de las causas eran por falta de rendimiento de los propios mineros: yacimientos profundos y difíciles de explotar con medios mecanizados por el maldito grisú o simplemente porque sus capas presentaban dificultades enormes para una mejor productividad o por agotamiento de las mismas) además, añadían éstos que siempre sacan punta inventada a todo, que: solo entraban a trabajar en Hunosa los hijos de los mineros, los enchufados de los sindicatos y que, tenían sueldos enormes (solo decirles a éstos inventores de irrealidades que, ningún sueldo era tan sudado y merecido cómo el de éstos trabajadores) que, además los retiraban jóvenes y con prejubilaciones y jubilaciones máximas. Cuando llegó la crisis de los 90, los asturianos que jamás quisieron entrar en la mina con anterioridad, con todo derecho solicitaban entrar a trabajar en Hunosa, cómo eran muchos, se hizo un baremo, donde por supuesto los hijos de los fallecidos en accidente la laboral tenían preferencia absoluta, con otras puntuaciones cómo: casado, hijos, etc. entraron muchos, pero los que iban rechazando por causas diferentes, empezaron una campaña de desprestigio que afectó a todos los mineros. Ahora que no quedan mineros, que cerraron casi todas las minas, resulta que ¡son los héroes de España! Los ocho mineros y el resto de mineros que se les solicitaba opiniones al respecto de este rescate, fueron de toda esta mediática operación, los únicos que mostraron sensatez, humildad y se apartaron de las cámaras y de los que siempre aprovechan las desgracias para estar en primera línea o montar películas y programas indecentes a todas luces. Algunos igual están dos días antes en convenciones y congresos del PP dando mítines, que luego presentarse cómo asesores mentales y consolar a los padres cada día con la cámara detrás suyo, o montándoles un rezo asociativo al estilo de los que quieren dar sermones baratos (cómo si los sicólogos que allí estaban fueran piezas que sobraban). Fuera de este preámbulo, tengo que decir que, los mineros no son héroes por sacar a un niño de un pozo, lo son y fueron por bajar todos los días al pozo para dar de comer a su familia, haciendo muchos, la misma labor y en peores circunstancias que realizaron estos ocho mineros de la brigada de salvamento, de la que debemos sentirnos orgullosos por sus modos y maneras de afrontar toda esa presión, sobretodo durante los días de espera hasta entrar en acción. Tenían razón, nadie comprendía esa humildad, repetían que era su profesión, solo trabajadores que siempre anónimamente realizan entrenamientos, simplemente y nada menos que trabajo minero cada cierto tiempo para no perder la forma. Ahora que se cierran los pozos y las centrales térmicas, dejando Asturias como un solar sin que éste gobierno y el gobierno central tuvieran previsto una reindustrialización similar al daño causado, ahora nos vienen, que esta brigada debe mantenerse para casos similares, cuando llevan más de un siglo de actuaciones más arriesgadas que la mediática a la que nos referimos. ¿Se puede mantener algo así sin minas? Lo dudo. Podrán entrenarse donde siempre, pero ¿Dónde trabajaran para mantener la forma y la profesionalidad sin minas? Ya que, estos trabajadores volvían al pozo, a su labor de siempre cada cierto tiempo, para eso, para estar adecuadamente preparados. No sé, veo improvisaciones y mucha demagogia en todo, siento que, gestionan y lo hacen todo a golpe de circo mediático, es obsceno todo lo que rodea en España a las desgracias, se usan y se dejan usar las víctimas con una falta de responsabilidad que incluso muchas personas y asociaciones son las que marcan el devenir de los partidos, donde se legisla en caliente usando estas víctimas que jamás deben ser consideradas a efecto de leyes y penas que deben ser consensuadas y reflexionadas por profesionales ajenos al dolor personal. Todo nuestro apoyo moral y económico, pero al sociedad no tiene culpa de que energúmenos o desgracias se ceben en niños y personas inocentes. Por todo ello, un ‘hurra” por esos ocho mineros, por ser los únicos que supieron comportarse, conscientes de que eran los únicos que sabían que el niño lo sacarían ¡sí o sí! ya que su formación es su profesión diaria. Otros solo saben salir a la luz de los focos, dar ruedas de prensa, entrevistas y tratar de corregir toda la improvisación de la que se hicieron acreedores de ella durante todos estos días. ¿Merecen los premios que se dicen que recibirán? ¡Por supuesto! Y, seguro estos ocho héroes, harán participes a todos los mineros de esos premios. El minero es así, desprendido, solidario, humilde y acostumbrado a ganarle la batalla cada día a los peligros de la mina ¡créanme, son muchos y a veces imprevisibles!

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