Carta para Amador Aller, alcalde de Gradefes

Carta para Amador Aller, alcalde del Ayuntamiento de Gradefes El día 23 de abril fue noticia Santa Olaja de Eslonza por un devastador incendio que acabó con una vivienda en donde vivía una familia marroquí. Las consecuencias son de todos de sobra conocidas y, por lo tanto, solo hay que ojear los periódicos del día 24 de abril para conocer en detalle lo que ocurrió. Sr. Alcalde, me llamaron la atención de manera especial sus declaraciones en las que se lamentaba de que, en este año, se hayan quemado dos casas en el municipio de Gradefes. La casa de mis padres también se quemó de la misma manera un día de marzo en el que los vientos soplaban con fuerza y ganas como en este 23 de abril. En aquel día, en el proceso de extinción del incendio, echamos en falta mangueras en el pueblo para sofocar las llamas que son más rápidas destruyendo que los bomberos llegando a las poblaciones de la provincia. Cuando llegaron los bomberos, ya era demasiado tarde. Únicamente quedaban de la casa sus cenizas. He preguntado a algunos presidentes pedáneos de los pueblos de su Municipio si existían bocas de extinción de incendios para acoplar las mangueras de los bomberos. Todos contestaron afirmativamente, pero ninguno tenía mangueras. Considero, Sr. Alcalde, que es de máxima urgencia contar, en los pueblos, con tantas mangueras como bocas de salida de agua haya en la red para sofocar cuanto antes el fuego y evitar, de alguna manera, que se repitan, en el municipio, escenas tan dantescas como las vividas en las dos viviendas quemadas en lo que va de año en el municipio. Los vecinos, ante la tragedia, queremos ayudar, pero si no tenemos medios, nuestra ayuda se convierte en frustración. Me parecen muy razonables sus valoraciones, pero si no acompañamos a las palabras con hechos, se seguirán quemando casas de esta manera. Yo le propongo y le ruego que revise por medio de un edicto municipal las salidas del agua de extinción de fuego que hay en los pueblos y dote a las juntas vecinales de las mangueras con el correspondiente aprendizaje para su utilización. No estaría de más hacer simulacros en los pueblos para poder aprender a enfrentarse al fuego. Creo que esta es la única forma de poder luchar contra los posibles incendios que inevitablemente seguirán sucediéndose y sería una manera, más que razonable, de invertir el presupuesto municipal en seguridad para los vecinos. Atentamente, Miguel Fernández García