Diario de León
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León

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Hace días los españoles como otras tantas veces, puestos a disposición de los políticos de turno, fueron convocados a depositar la papeleta en las urnas. No se trataba ni más ni menos que de elegir entre otros muchos cargos políticos, Diputados y Senadores. Los máximos representantes al frente de la institución por excelencia. Son tal las monsergas insoportables, las adulaciones y buenas promesas, a las que son sometidos los ciudadanos durante la campaña electoral, por parte de los representantes de los distintos partidos políticos. Que cuando llega el momento de depositar el voto en la urna, más que un acto de reflexión es de inseguridad, por lo que se vive y lo que luego hacen los políticos, que la sensación que deja. Bien se podría decir, que votar, es otorgar un salvoconducto a la práctica de la hipocresía. Nunca el ciudadano de a pie llegará a entender, porque en este juego de la política envuelta en el bochorno, algún político para mantenerse en el éxtasis de la adulación y permanecer en el cargo, antepone sus propios intereses al bien común, aunque esto le suponga merodear el habitad de las cloacas. Hay personajes en la política que no dejan espacio a la duda, es el caso de Pedro Sanchez, tiene la habilidad, que en todo lo que interviene lo convierte en una escenificación, a veces innecesaria, que ruboriza al más escéptico porque su único fin es; acaparar poder, aunque sea a cambio de pactar con los que quieren romper España. De esperpéntico, no hay otro calificativo, lo vivido días pasados en el Congreso de los Diputados. Solo faltaba que la justicia fuese una aliada más de los despropósitos y de la jerarquización en lo que esta convirtiendo las instituciones del estado Pedro Sanchez. Hasta el extremo, que aplicar las leyes no es obligación de nadie y por lo que han dejado ver, menos de los jueces. Una vez más han optado por el dicho, que el miedo guarda la viña del señor, permitiendo que las ideas políticas se impongan a las leyes. Desconozco cuánto hay de legal o de ilegal, cuando se permite a unos encausados en plena vorágine del proceso, donde están siendo juzgados por delitos tan graves, como la rebelión y sedición. Acudir a la máxima representación nacional, a recoger el acta como representantes del pueblo y juramentar la constitución española, a sabiendas que el circo y el quebrantamiento del respeto a las leyes dadas, estaba asegurado. Y es que algunos de nuestros políticos, para concretar, la flamante recién nombrada presidenta del Congreso de los Diputados Dña Meritxell Batet, no dejaba ninguna duda. Su actuación en régimen de esbirro, con una servidumbre inequívoca a las órdenes de su señor Pedro Sanchez. Permitió que el lugar donde se escenifica la esencia de la democracia, se cometieran toda clase de tropelías y falta de respeto a los ciudadanos. Dña Meritxel Batet parece que la cocina no sea lo suyo, cuando se quiere servir un revuelto imprescindible echarle huevos y no aparentar la tontita que todo la cogía por sorpresa. Ha hecho un flaco favor a los españoles y sobre todo a un gran número de sus paisanos catalanes, que por actuaciones tan irresponsables como la suya, se están rompiendo sus familias. No hay ninguna duda que para desgracia de los ciudadanos, la política que hacen algunos y que además viven ella, tiene unas tragaderas que admite todo, si no sería imposible convivir con tanta traición. Como la escenificada en días pasados en el Congreso de los Diputados y consentida por la presidenta Dña Meritxel Batet

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