Diario de León

Una herencia titánica y sombría

El edificio Titán que Caja Duero compró a Nozar tiene dos tercios vacíos.

Exterior del edificio que Nozar vendió a Caja Duero en la calle Titán de Madrid.

Exterior del edificio que Nozar vendió a Caja Duero en la calle Titán de Madrid.

Publicado por
J. LUIS F. DEL CORRAL / valladolid
León

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El inmueble Titán que Caja Duero compró a Nozart en el mes de marzo de 2008, cuando ya había estallado la crisis económica y que puede verse desde la M-30 madrileña, en las inmediaciones de la estación sur de Autobuses situada en la Calle Méndez Álvaro, se viaje en sentido norte o sur, es ya una herencia titánica y sombría que están obligados a asumir los actuales dirigentes del Banco Ceiss.

Cual dos torres gemelas simétricas y rectas, envueltas en una estructura metálicas, emergen dos edificios en la Calle Titán en el distrito de Arganzuela. El número 4-6 está ocupado por la sede del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), como indica en su fachada y demuestra el gran trasiego de personas que ofrece incluso en agosto. Junto a él, en el número ocho, el silencioso y casi anónimo inmueble de Caja Duero. Ningún cartel externo e interno da cuenta de que pertenece a la antigua Caja de Salamanca y Soria, pero la mayoría de sus escasos inquilinos lo saben. El llamado Edificio Titán consta de 13 plantas y tres sótanos. Los que a diario lo ocupan estiman que cada una de las plantas tiene unos mil metros cuadrados divididas en dos partes casi simétricas. Además, un inmueble adosado de cinco plantas sobresale en su parte trasera. El edificio ahora propiedad del Banco Ceiss está claramente infrautilizado, a diferencia de su vecino que está a rebosar. Tres carteles dan cuenta del grueso de sus ocupantes: las empresas Enagás, Digitex y Repsol. Esta última por poco tiempo porque Repsol ha estrenado recientemente su macrosede a menos de un kilómetro en el número 44 de la calle Méndez Álvaro, cerca de Atocha. Lo que no está anunciado en el exterior del edificio es la sede de Nozart. Ningún cartel anuncia su presencia. El gigante inmobiliario que vendió la torre a Caja Duero instaló en el inmueble su sede social, después de haber recorrido varios domicilios en los últimos años. Toda la planta décimotercera está ocupada por la matriz del grupo constructor que dirige la familia Nozaleda.

Diversas fuentes consultadas cifran la ocupación del inmueble en torno a un 30%-35%. No más. Uno de los inquilinos asiduos de la torre Titán asegura que las cuatro empresas desarrollan su actividad en las plantas baja, primera, segunda, tercera, cuarta, quinta y décimo tercera. «El resto está vacío», añaden. «Creo que Caja Duero, o Ceiss como se llama ahora, va a ocupar en breve alguna planta. Al menos eso he oído», explica una de las personas que trabaja en el número ocho de la madrileña calle Titán. Y todo pese a que la Caja ya cuenta con una sede en la calle Villamagna.

El edificio se terminó de construir hace seis años. Se trata de una zona muy industrial que fue recalificada para viviendas y oficinas. Muy cerca del inmueble que Nozar vendió a Caja Duero se encuentran otras dos torres, con mucho trasiego de personas: un inmueble que es la sede CLH y un grupo cervecero.

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