Diario de León

Industria cita de urgencia a Siro, que anuncia el cierre de la galletera

La Junta dice que tiene una empresa extranjera interesada en comprar la planta de Venta de Baños

Trabajadores de la galletera Siro a las puertas de la factoría en Venta de Baños, ayer. BRÁGIMO

Trabajadores de la galletera Siro a las puertas de la factoría en Venta de Baños, ayer. BRÁGIMO

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EFE

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El Ministerio de Industria ha acusado ayer a Cerealto Siro Foods de «falta de transparencia» en el proceso de búsqueda de inversores para la fábrica de galletas de Venta de Baños (Palencia), con 200 trabajadores, y ha pedido una reunión urgente con la empresa para seguir trabajando «con seriedad».

Casi en paralelo, la Junta anunció que una empresa extranjera está interesada en adquirir una de las cuatro instalaciones que la empresa galletera Siro posee en Venta de Baños (Palencia), concretamente Venta de Baños 1.

Así lo ha asegurado ayer en la rueda de prensa posterior al COnsejo de Gobierno el portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, que ha pedido a la empresa que tenga la «sensibilidad de estudiar las ofertas» que lleguen por parte de los «grupos interesados».

Y es que el grupo Cerealto Siro ha acordado el cierre de su planta de la localidad palentina de Venta de Baños al expirar el plazo dado de un año para encontrar un grupo inversor, lo que afectará a una plantilla de 200 trabajadores, según ha explicado el responsable de Estrategias Industriales de CC OO, Miguel Angel Breznes.

Desde la dirección de la compañía ya se ha comunicado al Comité de Empresa y a los propios trabajadores el cierre de la planta galletera de Venta de Baños ya que se ha cumplido el plazo que se dio hace un año para encontrar un inversor que se hiciera con la planta galletera para llevar a cabo las inversiones necesarias que permitan hacerla competitiva ya que sus instalaciones «se han quedado obsoletas».

Breznes ha recordado que fue en junio del año pasado «cuando la mediación» de la entonces ministra de Industria, Reyes Maroto, «y de los representantes de los trabajadores» permitió a la compañía llegar a un acuerdo con un grupo inversor (Davidson Kempner y Afendis) para impulsar un plan de competitividad para las plantas de Toro (Zamora), Venta de Baños y Aguilar de Campoo y del centro especial de empleo y El Espinar (Segovia).

Entonces se dio un plazo de un año para encontrar un inversor para la planta galletera de Venta de Baños, donde Grupo Cerealt cuenta también con una planta de pasta.

«El tiempo ha pasado y no se ha encontrado ningún inversor que nosotros sepamos», ha aseverado Miguel Angel Brezmes, quien ha aseverado que CC OO trabajará para que se pueda recolocar a la plantilla afectada por el cierre en otras de las plantas de la compañía, y para que se pueda alargar la vida laboral de personas que están en edad cercana a la jubilación.

El sindicato ha lamentado que el anuncio del cierre de la fábrica de Venta de Baños llegue «en este momento de convulsión electoral» además de que no confía en que la Consejería de Industria, Comercio y Empleo «se implique al máximo en la situación de estas 200 personas trabajadoras».

Un mazazo: 200 familias

Incertidumbre, futuro incierto, desilusión y engaño. Así definen algunos de los trabajadores de Siro de Venta de Baños, muchos de ellos vecinos del propio municipio, dado que más de la mitad de sus 200 trabajadores residen en el pueblo, por lo que esta decisión afectaría de lleno al conjunto de vecinos y negocios, al ser calificado como un «mazazo».

«Sería un mazazo para Venta de Baños, porque el núcleo fuerte de trabajadores de la factoría reside en el pueblo. Venimos a trabajar para ganar dinero y esto influirá en todos los demás, porque si voy dos veces al mes a la peluquería igual solo voy una o ninguna o tendré que dejar de ir a los bares», afirma Mónica.

Asegura que se sienten engañados, porque la empresa «no quiere vender». «Por medio de la Junta y el Ministerio sabemos que hay inversores interesados en la planta, pero la sensación es que la empresa quiere cerrar», añade. De igual manera se muestra Sonia, quien entró a los 17 años a trabajar y suma cerca de 30 años en la factoría, y traslada que se trata de momentos muy duros, al encontrarse superada, con un hijo y 18 años de hipoteca por delante. «No sabemos dónde acabaremos».

«En este edificio se hacen las mejores galletas que hay en España y se cuenta con la gente más preparada y es una pena que se juegue con la comida de nuestros hijos», dice Teo.

«Cuando llueve hay goteras y está todo muy viejo. El dinero se lo han llevado al extranjero y a asuntos personales. Mientras que bajan los sueldos y la galleta sube un 65 por ciento en el supermercado», recalca Pablo.

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