Diario de León

Juzgan a un hombre por encargar que torturen y maten a su deudor

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La Audiencia Provincial de Segovia celebra hoy un juicio en el que piden siete años de cárcel para un hombre que presuntamente encargó a otro que matase a un tercero que le debía dinero, después de torturarle o acabar con alguien de su familia para recuperar la deuda, aunque finalmente estos crímenes no llegaron a consumarse.

El escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía señala como acusado a M. S. S., un varón de nacionalidad española que entabló relación en abril de 2016 con el dueño de un bar de la localidad segoviana de Cuéllar.

Tres meses después, cuando los dos habían entablado una relación de amistad, el dueño del bar confesó al procesado que estaba pasando por dificultades económicas debido a la falta de ingresos del negocio.

Entonces, M. S. S. le comentó que él también tenía problemas similares, pero por culpa de otra persona que le debía dinero porque le engañó para invertir hasta dos millones de euros en unas parcelas de tierra en Rumanía, negocio que resultó ser falso. El ahora procesado manifestó entonces a su amigo el deseo de acabar con la vida de aquella persona y llegó a fijar el precio de la encomienda en 50.000 euros.

UN CRIMEN PAGADO A PLAZOS

El Ministerio Público relata en su escrito de acusación que el 20 de julio de 2016, el investigado realizó un primer pago de 5.900 euros y, una semana después, llevó a su amigo a la casa de la víctima, que vivía con su mujer en el municipio segoviano de Cantalejo.

«Le quiero muerto, cueste lo que cueste», fueron las palabras que al parecer empleó para reiterar el encargo y, cuando llegaron a la casa, el procesado le mostró las vías de acceso que podía utilizar para cumplir con el crimen. El mismo día, M.S.S. le recordó que lo importante era recuperar el dinero, por lo que el primer paso debía ser torturar a la víctima y, si era necesario, matar a alguien de su familia.

Según el fiscal, el acusado realizó un segundo pago de 9.500 euros y otro de 19.500, mientras que aseguró a su amigo que le daría el resto del dinero cuando finalizase el trabajo, desenlace que no llegó a producirse porque una persona denunció en la Guardia Civil.

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