PP y Cs pasan página a su crisis y el PSOE no negocia por desconfianza

El PP y Ciudadanos pasaron página ayer de su crisis latente durante las dos últimas semanas, con la reforma sanitaria de fondo, con la aprobación de una iniciativa conjunta, adornada con gestos de complicidad entre sus representantes, que recibió el rechazo del PSOE, que descartó sentarse a negociar con la Junta por desconfianza.

En la votación, la proposición no de ley del PP y Cs contó con el apoyo de los parlamentarios de UPL y Por Ávila, mientras que los 39 restantes —PSOE Podemos, Vox y la procuradora no adscrita— se abstuvieron, tras un debate bronco, en el que los socialistas pidieron a gritos desde sus escaños la dimisión de la consejera de Sanidad, Verónica Casado.

En el momento en el que los procuradores del PSOE han coreado «dimisión, dimisión», tanto el procurador de Cs, David Castaño, que había defendido la iniciativa con anterioridad, y el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, han dejado sus escaños para situarse al lado de Casado, visiblemente molesta con los socialistas, con los que ha intercambiado reproches desde sus asientos.

El presidente de las Cortes, Luis Fuentes, llamó al orden a los representantes del PSOE por impedir el desarrollo de la sesión plenaria, en concreto cuando intervenía el portavoz socialista de Sanidad, Diego Moreno, pero la situación se solventó sin mayores problemas y el debate se ha reanudado. Antes, el portavoz de Cs defendió ante la Cámara la necesidad de alcanzar acuerdos para conseguir el objetivo de la reforma sanitaria, que ha resumido en la «equidad» en el acceso a la sanidad en el medio urbano y el medio rural: «El momento es ahora, mañana será tarde», avisó.

David Castaño pidió desterrar el «ruido malo» y centrarse en escuchar el «ruido bueno» que en su opinión encarnan las reivindicaciones de los ciudadanos del medio rural, de los profesionales, de las sociedades científicas, del envejecimiento y de la dispersión, además del «enorme ruido sordo de la despoblación», sumados durante «30 años». «La patada hacia adelante engorda los problemas», que «no se solucionan por mirar a otro lado», reflexionó. Moreno considera esta iniciativa como una «operación cosmética que no cambia nada» y como el reflejo de que la palabra de Mañueco no tiene valor.