Los puntos de fricción: violencia de género y memoria histórica
El PP y Vox no coincidieron ayer en nada al explicar el resultado de las primeras conversaciones sobre la gobernabilidad en Castilla y León. Y no sólo sobre posibles visiones en materia de la lucha contra la violencia de género y la memoria histórica sino también sobre si habían sido abordadas con profundidad o no en la reunión.
La reunión desarrollada en las Cortes de Castilla y León durante algo menos de una hora y media, con la participación del presidente en funciones de la Junta de Castilla y León y candidato a la reelección, Alfonso Fernández Mañueco, y el candidato de Vox, Juan García-Gallardo, acabó sin acuerdo pero con buenas sensaciones sobre un posible entendimiento de cara al futuro.
Sin embargo, al hablar de los contenidos abordados y la percepción sobre lo manifestado por sus interlocutores, Mañueco y García-Gallardo, que han comparecido ante la prensa por separado, no han coincidido en las versiones cuando se han referido a la derogación de la ley autonómica contra la violencia de género y del decreto de memoria histórica.
Mientras el candidato de Vox insistió en que la exigencias programáticas de su formación en esta materia pasan por «tocar» las normativas y políticas que consideran «de izquierdas» y aseguró que el Partido Popular veía «razonable y plausible» su posicionamiento en estas materias, Fernández Mañueco sostuvo que primarían siempre los principios del Partido Popular sobre el marco de igualdad entre hombres y mujeres, que el acuerdo con Vox se enmarcaría siempre dentro de los «lógico y razonable», sin especificar más, y que en ningún momento se había hablado durante la reunión de derogar ninguna ley.
El candidato del PP a presidir la Junta de Castilla y León sostuvo además que esos temas de fricción entre ambos partidos no se habían abordado en las conversaciones sino cuando se acabó la cita, al levantarse de la mesa y que había sido de una manera que Mañueco calificó con la palabra «incidental».